Los días
contados
(Artículo publicado el domingo, 3 de setiembre, en diarios de EPI PRESS)
Están a punto de desaparecer
por el sumidero de la historia de TVE, pero ahí siguen, con la vena inflamada
como una María Patiño hambrienta de
sangre, ciega de rabia, contenta de seguir sirviendo hasta el último aliento al
amo. Insisto, como María Patiño, que sirve al amo como también sabe hacerlo,
sin fisuras, entregada, en cuerpo y alma al servicio de la mamarrachada. A
pesar de que los días están contados en la cúpula de TVE gracias al acuerdo al
que llegaron los partidos políticos, de PSOE a Podemos, de Ciudadanos a PP
–arrastrado por la corriente de un consenso que lo iba a dejar, más, en la
cuneta-, acuerdo por el que el presidente de RTVE sería de nuevo nombrado como
se hacía en los tiempos de José Luis
Rodríguez Zapatero, es decir, por dos tercios del Congreso, o sea, por algo
más que la posible mayoría absoluta del partido en el poder, acuerdo que con la
llegada del PP se modificó para hacer de la radio y tele públicas una
herramienta a su servicio, a pesar de que los días están contados aunque se
prolongue la injuria y la abyección, y la vergüenza y el descrédito, y la
caradura y la desfachatez, la cúpula de la casa quiere morir matando, y por eso
no es casual lo que hace. Los días de esta banda de malhechores están contados.
Aunque entre pitos y espadas, entre palmas y orejas, entre silencios y
estiércol, o entre votaciones y acuerdos nos vayamos a 2018, pero el reló está
en marcha, señores, dense prisa, afanen hasta los muebles, que el culo les
huele a despedida, a manipulación acorralada, a servilismo agotado. Cuando algo
va mal, puede ir peor. Vuelve Javier
Cárdenas. En horas.
La Tomatina
Que me aten a la cama, que me
claven en los ojos alfileres para no poder cerrarlos, que me pongan una y otra
vez los tan descacharrantes como insultantes discursos de Rajoy sobre cómo hay que hacer frente a la corrupción antes de que
me pida mi pareja, como prueba de amor, ver juntos Hora punta. No, cariño, no encogí a los niños, se me encoje la
flauta de pensar que “Cárdenas is coming”, y que Hora punta seguirá emponzoñando la televisión pública con vídeos, sandeces, incienso para el
jefe, y contenidos de tele añeja. Prefiero la comedia, la risa sinfín de Cuarto milenio hablando Íker Jiménez y santa Carmen Porter del misterio misterioso
de la muerte de Diana de Gales que
cinco minutos de la sonrisa altiva de Cárdenas, ¿casualidad? En absoluto. Este
Cárdenas no ha dejado de ser el que creció en Crónicas marcianas riéndose del tarado, del que le falta un
tornillo, del Carlos Jesús del
momento. Una pregunta, para cerrar capítulo. ¿Si a Cárdenas se le entiende la
mitad, cobra la mitad? Y otra. Si La 1 emite íntegra la intervención de Rajoy justificando
lo injustificable, deja a medias a Margarita
Robles, PSOE, y corta por lo sano a Pablo
Iglesias y Albert Rivera dejándolos
sin conexión, ¿puedo decir que a Kiko
Matamoros le gustan las mujeres con pelos en el sobaco? Usted, inteligente
lector, se quedará loco, o loquita de atar. Se preguntará qué tiene que ver una
cosa con la otra. Y yo, diligente, le respondo con senshathesss. Hay razones de
peso que el espectador medio, medio tarado, no entiende, y por eso TVE sabe lo
que tiene que hacer con el pueblo. Está claro que lo que diga PSOE, Podemos y
Ciudadanos sobre el PP y sus corrupciones es una bagatela comparada con una
buena conexión con la Tomatina de Buñol, que fue la razón del tajo informativo –como
Bran Stark, el de Juego de tronos,
dice Podemos en un tuit muy elaborado, Mariano Rajoy sabe toda la verdad sobre
la financiación del PP pero no quiere compartirla con el resto-.Y a otra cosa,
Maricarmen.
Directora Benito
Hace casi un mes, como se
anuncian las cosas gordas, los asuntos de interés, como unas elecciones al
Congreso, el festival de Eurovisión, el estreno de la última de Amenábar, o el paso de un cometa que no
volveremos a ver en doscientos años, se anunció como exclusiva que hace temblar
el cimiento sobre el que se sujeta el puticlub de Telecinco
que Rosa Benito volvía al redil, es
decir, a la barra de esa cadena. Rosa Benito. Una de las más absurdas famosas
creadas por la tele. Cuanto más conocía las negociaciones –juro, prometo, testifico
y propago sin que nadie me esté amenazando o torturando que soy mayor de edad y
consciente, y que sí, que la vuelta de esta gañana a los platós es fruto de
negociaciones- más me hundía en un mar de risa y perplejidad. Este país es un
cachondo y Rosa Benito su profeta. Se negocia un contrato colectivo, el parné
que da una empresa a la universidad para investigar contra el cáncer, ¿pero la
vuelta de Rosa Benito a la tele? ¿Quién es Rosa Benito? Vuelve la semana que
viene no a Sálvame, de donde creo que
salió como apestada, sino a Viva la vida,
lo de Toñi Moreno, anda que también
esta. Lo malo de estos esperpentos es que no sólo no remiten sino que los
fieles de esta charca de purines los alimenta, tragándose los cuescos que estos
personajes de cómic se tiran a la salud de una audiencia abotagada y
satisfecha, crédula y atroz. Estos días, contados para una casta, son de vuelta
para otros. ¿Aquí cuándo se cena, mamá?, pregunta repantigado Paquirrín a su madre. Espera, mi arma,
vamos a ver un poquito a este muchacho, contesta Isabel Pantoja en una escena de sofá para anunciar la llegada
inminente, el lunes, de El hormiguero.
Pero vuelvo a Rosa Benito. Soy como Cuatro, que insiste en anunciar la vuelta
de Dani&Flo aunque las
mamandurrias de Florentino Fernández
y Dani Martínez interesan tanto como
una cascaruja de avellana. A ver, señores de TVE, yo que ustedes, quemándose en
las brasas de sus últimas horas, no sólo cesaba a José Luis Regalado como editor de La 2 Noticias, el único informativo digno, el único que se aparta
de la línea directa entre Moncloa
y RTVE –¿conocen la vergüenza, el pudor?- sino que
nombraba editora, directora, y la que barre el plató a Rosa, a Rosa Benito. Ya
que se van del convento, se cagan dentro, canallas.
La guinda
FesTVal
El lunes empieza la novena edición del
festival de televisión de Vitoria, una cita anual que toma el pulso, con
sentido informativo, divertido y popular, a la tele de nuestro país. Estrenos,
presentaciones, charlas, glamur, gastronomía y una ciudad acogedora se dan cita
hasta el domingo que viene. David
Broncano y La casa de papel,
entre otros, han sido premiados por la
crítica, de cuyo jurado ha formado parte este columnista.
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