Los 60
(Artículo publicado el jueves, 14 de setiembre, en diarios de EPI PRESS)
Los 60
convertidos en carne de pantalla, en teatrillo. No de una pantalla cualquiera
sino de una pantalla de televisión, aunque el producto se pueda ver en una
tableta o en la más pequeña del móvil. Digo de televisión como sinónimo de
espectáculo y entretenimiento. Nada que objetar. Pero el viaje que propone
Antena 3 para la noche del lunes va de eso, de hacer un viaje al pasado, que en
la noche del estreno de Me cambio de
década, llevó a la familia Vela Cedena
a la década del 60. La familia, para jugar a vivir como se vivía en los 60 –ni
de coña, vamos, ni de coña- se cambió de ropa, de casa, decorada con los avíos
y el mobiliario de aquellos años, y se desprendió de lo que hoy relacionamos
con esta época. Fuera móviles, dijo casi salivando de gustillo porque sabía que
eso es lo peor de lo peor, el presentador del programa, Arturo Valls.
El retrato
televisivo en este programa de telerrealidad con un puñado de guionistas
dirigiendo la orquesta se quedó, como no podía ser de otra manera, en la
epidermis de aquellos años de realidad dura. Me cambio de década no es un programa de denuncia política, ni de
análisis sociológico, es un programa con altas dosis de nostalgia, sobre todo
para la gente que se va reconociendo en los usos y costumbres de las épocas por
las que el programa transitará. ¿Qué pensarán los más jóvenes? Lo normal. Que
no había móviles, ni tele, y que vaya aburrimiento, o vaya asco porque hasta el
pollo había que desplumarlo en casa y comérselo rápido porque el frigorífico
era cosa de potentados. En fin, Me cambio de década es un producto
digno, bien armado, incluso interesante, pero a mí, como espectador, no me ha
enganchado.
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