Cascajo
(Artículo publicado el domingo, 30 de julio, en diarios de EPI PRESS)
Hay programas,
muchos programas, que se arman con material de derribo, con sobras, con
cascajo, con gente que fue pero hoy apenas es, con gente que tuvo tirón y hoy
la fama loca, la fama clínex, la fama de quita y pon, se los llevó por delante
como el viento fuerte se lleva lo que pilla. No quiere esto decir, ni mucho
menos, que esa gente, estos famosos, no tengan una trayectoria, un haber, una cosa,
una obra, qué va. Pero hay famas y famas. Por ejemplo, no es igual, pero ni por
asomo, la fama que cubre entera, y con rayos de luz muy potentes, a Rosa María Mateo –qué espléndidos 76
años-, propuesta como administradora única de RTVE por el Gobierno, retirada
pero en segundos recordada y reconocida, que la fama un poco cutre de Agustín Bravo o la fama innecesaria de
la absurda Raquel Bollo.
No hablemos de Ángel Garó, estrella del siglo pasado
devenida en parodia de sí mismo, hambriento de platós a cualquier precio,
redivivo de su justo olvido gracias a líos de convivencia con su pareja como un
vulgar vecino del quinto, cuya fama fue pero hoy sólo es una fama muerta. Y así
hasta una momificada Olivia Valere,
reina, decían, de la noche marbellí, es decir, una fama de macarras y horteras
con mucho pedigrí. Y Melody. Que no
falte Melody, la del gorila, ay, dios, que me da un soponcio. Como verán,
Málaga está que se sale. Pues bien, con este material de derribo los de Ven a cenar conmigo, versión veraniega,
han viajado a la bella ciudad andaluza y los han puesto a trabajar para entretener
al pueblo. Seguro que si sacan trapos sucios en las veladas se garantizarán
algunas horas de plató futuras. Qué cosita dan estos famosillos.
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