Un beso, guapo
(Artículo publicado el domingo, 15 de julio, en diarios del grupo EPI PRESS)
Veo la parte
final de la rara entrevista –por la hora, por el invitado- que le hace Susanna Griso en Espejo público al eminente filólogo y académico Francisco Rico a cuenta de la idea
¿peregrina? del Gobierno de enviar a la RAE la petición de un estudio sobre el
lenguaje inclusivo entre hombres y mujeres. A grandes rasgos, y llevando el
asunto a la zona del resumen grosero, decía el filólogo que la Academia lo que
hace es reflejar “el lenguaje del pueblo”, y que le parece no sólo engorroso
sino cómico y ridículo el ellos y ellas, nosotros y nosotras, y aún peor, por
extravagante y patético, el uso de la @
como símbolo de inclusión en el lenguaje escrito. No tengo opinión clara sobre
el asunto, lo siento, no soy un tertuliano de los que crecen en los programas
de debates que opinan de todo y lo hacen con la vehemencia adecuada.
En paralelo,
para ridiculizar pretendiendo desprestigiar la propuesta por excesiva, por
delirante y cómica, hay quien ha propalado la idea de que Podemos pretende
considerar delito el piropo de toda la vida. Pero como dice en Onda Cero el
sensato Carlos Alsina, eso es
mentira. En ninguna parte del texto se dice que se perseguirá como delincuente
a quien le dedique un piropo a una mujer. Lo que pretende Podemos es perseguir,
castigar y señalar el acoso callejero a la mujer, la presión que al final
deviene en intimidación. Y eso es distinto. Es más, eso sería necesario. La
bizarra imagen del albañil panzudo, feo de cojones, escupiendo groserías sobre
las mujeres que atisba alrededor, es la idea sobre la que hay que trabajar para
zanjarla en seco. Así que, con mucho sentido del humor, guiño cómplice con la
audiencia, Griso despidió a Rico así, “un beso, guapo”.
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