Que te robo
(Artículo publicado el jueves, 8 de junio, en diarios de EPI PRESS)
Que te robo,
cojones, no me lo pongas a huevo. Y así fue. Un equipo de En el punto de mira, que sigue sus emisiones con brío y enfocando
asuntos poco trillados en la tele, entró en Las Cuevas, un barrio de Pinos
Puente, a pocos kilómetros de Granada, poco recomendable para pasear con los
tesoros dorados de la abuela colgados en la pechera o con equipos de televisión
con un arsenal de objetivos que cuestan seis o siete sesiones de yoga de las
que se regala Rodrigo Rato, El
Perseguido, para relajarse en Alicante de la tensión que le suponen las voces
–cabrón, ladrón, hijo de puta- de los ciudadanos sin escrúpulos, esos a los que
el budista en ciernes estafó desde Bankia y tal y tal. El equipo de En el punto de mira –los lunes, en
Cuatro- hizo una radiografía pormenorizada de los robos que se dan en el
transporte de productos caros –bebidas de marca, comida cara, o aparatos
electrónicos- y que van de un sitio otro en camiones que recorren el país.
El punto oscuro,
la zona de máximo esplendor, la milla dorada de esta nauseabunda y desalmada
delincuencia –pobres contra pobres- tiene su reino en Andalucía, en concreto en
la A-92, y si afinamos el foco, en los alrededores de Granada, o sea, en Pinos
Puente. Al parecer, en el barrio de Las Cuevas se encuentra lo más granado de
esta mafia que da unos golpes que levantan a pulso la economía del pobre
camionero al que lo dejan así, en pañales. Literal. Luis Troya, al frente de los reporteros, el periodista que presentó
esa entrega, se quedó loco. Puso el pie en el barrio, habló con algunos vecinos
para ver cómo lo vivían desde dentro, y cuando quiso acordar, hala, uno de los
objetivos voló en un santiamén delante de sus narices. No pudieron hacer nada
para recuperarlo, además de poner una denuncia. El punto de mira, en un
instante, cambió de manos.
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