Explicaciones
(Artículo publicado el jueves, 15 de junio, en diarios de EPI PRESS)
Me uno a la
perplejidad nacional. ¿Por el discurso pantagruélico de Pablo Iglesias, arrinconando al enemigo por aburrimiento?
Tonterías. Cosa de sus Señorías, que se ponen intensos para ver quién la tiene
más grande. Hablo de la perplejidad, que fue tendencia en internet, ante la
aparición en El hormiguero de Miguel Bosé, que acude a donde lo
llamen para vender su disco nuevo. Bueno, más que perplejidad ante don Miguel,
perplejidad por su voz. Ni dios la reconoció. ¿Qué le pasa a la voz de Miguel
Bosé? Hay quien, yo entre ellos, pensó que se parecía a la de Andrés Pajares. No es coña. Hasta en el
tartamudeo. Enigmas que seguro tendrán explicación. Al revés, otro que apareció
en Zapeando, Alberto Chicote, me sorprendió por todo lo contrario, es decir, me
sorprendió porque lo reconocí. Me explico.
Anoche estrenó
Antena 3 otra de esas entregas que tienen que ver con la alimentación y que
viene presentando, con éxito de audiencia, el cocinero de las camisas más locas
del mundo fogón. En forma en 70 días
se llama el espacio. Y fue de eso, de quedarse hecho un fideo en poco más de
dos meses. Presentó el reto el mentado chef. Él mismo se puso en manos de
nutricionistas y expertos que tratan de cambiar los hábitos para que el deseo
se convierta en realidad. Algo tuvo que pasar para que el Alberto Chicote que
vi en Zapeando promocionando el programa fuera el Alberto Chicote de siempre,
es decir, con los mismos tocinos, la misma papada, y el morcón subido hasta las
cejas. Si la voz de Bosé no era reconocible cuando debería de serlo, la carota
de Chicote era la misma, cuando no debería de ser así. Ni Pablo Iglesias supo
explicarlo. ¿Es grave, doctor?
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