Pornografía
(Artículo publicado el sábado, 24 de junio, en diarios de EPI PRESS)
Vamos, limpieza
de casa, vamos, arriba, limpieza de casa. Así irrumpe un tío dando voces por un
megáfono en tu casa mientras tú estás en la cama. ¿Te lo imaginas? Pues la
escena es real. Se la inventaron, y llevaron a término, los febriles guionistas
que mueven los hilos de la acción en Hermano
mayor, que Cuatro emite los viernes. El que invade la intimidad de ese
hogar con esas maneras de matón de circo es Jero García, que presenta el programa y
trata de reconducir el comportamiento extraviado de jóvenes que se han ido
convirtiendo en forajidos dentro de su propia casa, insultando, agrediendo, y a
veces golpeando con saña a familiares cercanos, entre ellos, y sobre todo, a sus
madres. A este potaje desbordado llega Jerónimo, ex boxeador, con la idea de
hacerle ver al verraco que esas no son maneras de relacionarse con nadie.
En la última
entrega del programa, la del megáfono, el protagonista de la noche fue un menda
llamado Alejandro. A ese se dirigía
el presentador ayudado con el megáfono en la mano dando voces. Vamos, limpieza
de casa, vamos, arriba. Se oyó una voz desde el interior del cuarto. Te voy a
pegar un “mascazo” en la boca. Y no me grites, subnormal, deja de tocarme la
polla, que estás en mi casa. A partir de ahí se desencadenó una de las escenas
más desagradables que he visto en ese programa que, qué quieren que les diga,
ha perdido su carácter de “ayuda” para convertirse en una cita pornográfica con
una violencia que, visto lo visto, parece provocada para que estos
descerebrados la líen ante la cámara. Alejandro, llamando hijo de puta al
presentador, se desbocó tanto que hubo que parar la grabación. Bingo. Y aquí
estoy, hablando de esta mierda.
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