Basura
(Artículo publicado el sábado, 3 de junio, en diarios de EPI PRESS)
Supongo que
conocer el ganador de la Liga de Campeones es un chute de adrenalina más
intenso que saber que el fiscal Anticorrupción, Manuel Moix, dejó su cargo como las lanchas fuera borda de la serie
Perdóname, Señor, con la droga, o
sea, escupido. Otro batracio de Rajoy. Atresmedia, a través de Antena 3, sabía que
estos partidos, y por eso compró los derechos de emisión, subirían sus
audiencias a cotas estratosféricas. ¿Qué hace para competir con semejante bomba
apocalíptica Telecinco? Fácil. Echar mano de su particular Champions League.
Supongo que saben que Milagros Jiménez,
nacida para el mundo de la infamia como Mila
Ximénez, desapareció un poquito del mapa del archipiélago Sálvame para quitarse arrugas de la cara
a cascoporro.
En total, dos,
quizá tres semanas. Tiempo suficiente para que la basura de su regreso se haya
ido macerando con la creación de unas expectativas de primera. ¿Cómo será ahora
la señora? ¿Parecerá más joven? ¿Tendrá el aspecto deforme y monstruoso que
tienen otras, como por ejemplo Bibiana
Fernández, ni sombra de la hermosa belleza madura que tenía antes de su
horrible paso por el quirófano? Con estos planteamientos se urde un Sálvame anunciado como “programón”. Está
claro que doña Milagros atrae a fieles de esa caverna, que son muchos, sin
duda. Pero a mí me queda la gran duda. ¿La cirugía se ha quedado en el
exterior, en esos arroyos abismales de piel arrugada, con estirones bíblicos, o
ha ido más allá? Es decir, ¿el bisturí ha tocado cerebro y a partir de hoy nos
sorprenderá otra Jiménez menos ordinaria y chabacana o, como le pasó a Matamoros, el bisturí conoce el percal
y lo deja intacto? La respuesta, en la Liga Basura, ya sabe.
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