Triunfitos
sin traka tra
(Artículo publicado el domingo, 30 de octubre, en diarios de EPI PRESS)
Este país es la bomba.
Después de 15 años va la televisión pública y resucita el espíritu de Operación Triunfo para levantar una
audiencia que ni con viagra reaccionaba. Hubo en algún momento de OT. El reencuentro casi 10 millones de
espectadores ante la tele por si se obraba el milagro. La cosa iba de ver
juntos, de nuevo, a David Bisbal y a
su ex, doña Chenoa. Se montó una
batalla de Lepanto en las redes porque apenas hubo roce, rollo, miradas,
besitos, y se comentó muchísimo cómo el de Almería corrió para abrazar a Rosa,
tan sensible, dejando a Chenoa así, como mustia, arrinconada, y se dijo que el
de los ricillos de oro, avemaría, por qué no te irías, ni siquiera la miró, es
decir, practicó el más absoluto de los desprecios, y las tertulias, y los
magacines, y las páginas web y las redes sociales empezaron a hervir, incluso
por encima del miedo que Rajoy el Invencible,
el que sabe gobernar sin mover un músculo viendo pasar el cadáver de sus
adversarios con el puro en la boca, metió en el cuerpo de las abuelas al decir
que la hucha de las pensiones se la llevó el tío del saco, y que la cosa se
agota el año que viene. Qué mal se porta conmigo Twitter, dice Bisbal moviendo
la cadera saltando como una cabra serrana. Ha sido tanto el revuelo en la
última semana que a un tris estuvo, digo yo, de meterlo en la escaleta Ferreras, que volvió a generar energía
eólica con sus manos estos días de especiales dedicados a la investidura y al
PSOE, el nuevo amiguito del PP. Los que sí han visto un filón, una pieza que no
piensan soltar, son los de Hora punta.
Cada día llevan a un triunfito para que cuente interioridades del encuentro
convirtiendo la tele pública en un Sálvame
hediondo gracias al magisterio
indiscutible en cuestiones de frívola banalidad del lengua de trapo Javier Cárdenas, el pimpollo que aconseja
a los que le criticamos que “sigan en su mundo de mierda desde la amargura”.
Rosa de España
Pero esta semana, para pasmo
de seguidores y alegría de un país que premia la rapiña y la corrupción, Bisbal
y Chenoa no sólo ensayaron para contar juntos su, dicen, mítico Escondidos,
canción donde se cogieron de la mano hace 15 años, se miraron como dos tórtolos,
y saltaron chipas de amor, sino que se abrazaron. Lloraron hasta las abuelas,
olvidándose de que el Gobierno, que
decía que la crisis y esas mamandurrias fueron superadas, se fundió los ahorros
como un putero se gasta la paga en vez de pagar la hipoteca. En la segunda
entrega de OT. El reencuentro se ha
visto a un Bisbal integrado, alegre, casi con ganas de formar parte del grupo
que los triunfitos tienen en Whatsapp, otro de los asuntos más debatidos en un
país que sabe elegir muy bien lo que preocupa y lo que no. Así que Bisbal de
divino alicaído, nada. Divino, divino. ¿Y Rosa, qué me dicen de Rosa López? De ser la Rosa de España pasó
a profesional de concursos. ¿Pasapalabra,
Saber y ganar? No, además de OT y Mira quién baila, ahora Tu
cara me suena. Rosa dejó de ser un patito feo, dejó de ser la Mary Beard de Armilla por desgarbada,
por sus toscas maneras y su escasa elegancia, y ahora sonríe sin poner los
labios así, apretados, tan raros como los ponía, tratando de tapar sus paletas
desparejas, su complejo de niña de pueblo sin cultura ni maneras, ahora sonríe
porque el dinero le sirvió para arreglarse los piños, cuidar su cuerpo, quemar
las mil arrobas de grasa que le sobraban y sacar la mujer guapa que siempre
llevó dentro, pero… Pero Rosa se olvidó de su voz. Es una auténtica diosa
menor, una mujer que pudo ser divina y sólo, por ahora, es divina a medias.
Bande-Ritas
Eh, eh, que yo estoy aquí,
grita dando a entender que sigue siendo divina Rita Barberá, la Bande-Ritas valenciana, la fallera con menos arte
del Cabanyal y más allá, que cuelga en sus ventanas un puñado de banderas como
las locas hurgan en la basura no por necesidad sino para llamar la atención.
Tiene que ser duro serlo todo y de golpe, divina demediada y en apuros, tener
que salir de casa no sin antes asegurarte de que espera el taxi para no tener
que decirle a los soplapollas reporteros, gracias, a ver, ¿me dejas pasar?, por
favor, ¿me dejas pasar?, y salir por patas, con la corona por los suelos,
enfurruñada, porque el 21 de noviembre,
sí o sí, tendrá que sentarse ante el juez como imputada por blanqueo de
dinero –supuesto- cuando la hoy senadora –manda cojones que estos lagartos
doren sus lomos, y sus cuentas, tocándose la seta en su escaño- era alcaldesa
del PP. Yo que ella, para cambiar de vida y hacer de mi presente algo tan
potente que borre mi pasado, haría como ha hecho el apuesto, circunspecto y almidonado presentador de la FOX, que se ha
echado al porno duro entre señores. Hasta hace nada era Jim Walker, pero no sólo dejó el cue y el pinganillo por un
pinganillo de 20cm sino que se ha convertido en un reputado actor de picha brava
conocido como Dallas Steele, chico
duro que se cruza el pecho con correas de cuero, mira torvo a cámara, y enseña
unas tetas tan duras como el gesto de nuestra divina valenciana. ¿Se imaginan que
hiciera algo parecido Vicente Vallés
o, dios no lo quiera, Pedro Piqueras,
o ya puestos en modo pide por esa boca Pedro
Sánchez? Por cierto, hablando de guarrerías, notición. ¿El PSOE se ha
retirado a un convento de clausura para expiar sus muchas faltas y redimirse
ante sus votantes? Tonterías. Se estrenó esta semana Super Shore en MTV. Me quedo, pero loco de atar, con una tal Manelyk o algo así. Es una especie de
reina de burdel de carnes duras que canta letras profundas sobre la condición
humana en Todo lo hago rico, papi. Ahí va. “A ver cuánto mide lo que traes ahí
–y su mano, en el vídeo, desabrocha la
bragueta de un hormonado-. Nah, eso no vale pa ná. Tú no traes traka tra. Tú
eres puro bla, bla, bla”. Temblad, triunfitos, os espera un futuro de divinos
alicaídos que no valéis pa ná porque no traéis traka tra.
La guinda
La puntilla
En serio, ¿alguien ve Hazte un selfi en las tardes de Cuatro?
El programa que presenta Uri Sabat
empezó como un Diario de Patricia
para jóvenes. No coló. Reformaron la cosa, contaron con Adriana Abenia y metieron contenidos con sello Mediaset, es decir,
empezó el declive hablando de Gran
Hermano y otras estupideces. Esta semana han ido más lejos. Cuentan con una
tal Laura Matamoros, hija del ídem.
Sin comentarios.
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