Cataclismo
(Artículo publicado el jueves, 10 de noviembre, en diarios de EPI PRESS)
Me desperté, y Ferreras seguía en el plató. Literal.
Me fui muy tarde a la cama la madrugada del miércoles, y el moderador, el que
más habla en Al rojo vivo, seguía
mirando a cámara con los dedos de las manos abiertos como una panoja de
pescado, como el policía que detiene el tráfico, cortando en seco lo que dijera
cualquiera de los tertulianos para dar paso a Pastor, última hora, ¿qué ocurre en la sede del equipo de Trump? A esa hora el mundo aún podía
tener esperanza. Pero por la mañana, ayer, el dinosaurio había levantado el
pescuezo y un viento gélido recorrió el planeta. Donald Trump ha ganado las elecciones en EEUU. Corrí a la BBC, a la
CNN, a la FOX, y todas hablaban de lo mismo. Me fui al Canal 24 H, pero la
tertulia de la noche anterior se había desmontado. Eso sí, Ángeles Bravo presentaba el informativo de la mañana con una
pachorra llamativa.
La Bolsa, decía,
ha tenido un desplome repentino, pero las palabras del primer discurso de
Trump, moderadas, parece que han surtido un efecto tranquilizador. ¿Moderado y
Trump? En fin, ando un poco espeso, no acabo de querer entender lo que está
pasando, y vuelvo de nuevo a Ferreras. Y ahora sí. Ahora me doy cuenta de todo.
El especial de Al rojo vivo ha ido cambiando su cuadro de
opinantes desde que empezara la noche del martes, pero Ferreras, en mitad de la
mesa, abre sus alerones como recién levantado. El puto bucle con la musiquita
de enfatizar cada segundo sigue escuchándose como de costumbre. ¿Entonces?
Ferreras ha cambiado su camisa negra por una blanca. Mal, muy mal. A ver si ese
cataclismo estético, radical, propició el inicio de este nuevo loco mundo.
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