Qué
arte
(Artículo publicado el jueves, 6 de noviembre, en diarios de EPI PRESS)
A la cárcel. Isabel Pantoja, a la cárcel. Ni la
Audiencia de Málaga ni la Fiscalía se han echado atrás. La segunda rechazó la
petición de sus abogados de suspender su ingreso, y la primera ha ordenado que
la tonadillera delincuente duerma un tiempo entre rejas, ay, qué arte, coño.
Viva la Fiscalía Anticorrupción, que en su escrito dice que la artista, por
mucho que actuara –era yo la que le
daba a él, era yo quien le mantenía,
era yo quien le di trabajo, era yo quien le pagaba su sueldo, decía Pantoja
en el juicio como se canta una copla- o justo por eso, no se mostró arrepentida
en ningún momento y ni siquiera reconoció su error. Isabel Pantoja forma parte
del grupo de señoras autistas que no escuchan cómo su marido aparca el jaguar
en el garaje, llega a casa arrastrando bolsas pesadísimas de dinero, o se
desborda la cuenta del banco como si fuera leche hervida.
Para que el
esperpento y la rabia se unan en piña repugnante Mariló Montero, defensora
corajuda de Ana Mato, la de los
confetis y el jaguar invisible, invita al teléfono a Diego Gómez, ex de la tonadillera, que asegura que es muy amargo
que una carrera de más de 30 años tenga ese desenlace. Al tiempo, el
realizador, con buen tino, pinchaba imágenes en el estudio de Luis Rollán, periodista del corazón y
amigo de la delincuente, donde se derretía en lágrimas porque la noticia lo
pillaba en el tajo, ay, qué arte tiene esta gente. Es un chivo expiatorio,
vienen a decir, van a por ella para tapar la sinvergonzonería de otros. Lo
alucinante, lo que encocora, es que estos defensores vean el efecto, no la
causa por la que, de entrar, entra Pantoja al trullo. Ah, Buenafuente, todo amor, le preparó un kit carcelario. Qué arte tiene el jodío.
Este sujeto no llora porque su amiguita tenga una sentencia en firme como delincuente por haber colaborado con otro delincuente para forrarse de dinero con el dinero de los ciudadanos, no, este menda llora porque su amiga va a la cárcel, por la consecuencia de sus actos, no por sus actos. Qué tremendo todo. |
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