viernes, 19 de julio de 2013

Maldeojos. 18 de julio



18 de julio

      No se preocupen, no les voy a dar la lata de recordarles que tal día como hoy el ejército de liberación nacional se cargó al Gobierno legal de la República en nuestro país bajo el palio de un ser chiquitito al que sólo le temblaba el pulso cuando se persignaba para la diaria confesión por haber pecado de palabra, coño. Lo que viene al caso es que hoy, un 18 de julio, el periodismo de liberación nacional bajo el palio de Intereconomía está un poco más en peligro que ayer, aunque quizá menos que mañana. Tal día como hoy los echan a la puta calle, como los desahuciados de mierda a los que algunos de sus faros que sientan sus culos en la tertulia han llamado a los desahuciados por no poder pagar sus hipotecas. Qué cruel es la vida del tertuliano. Lo que hoy dijiste en un calentón para ganarte a la audiencia, mañana te lo meterás por donde te quepa. 

      A la puta calle. Hasta ahora emitían su basura desde el edificio de Mutua Madrileña, en Castellana 36, pero ni porras, ni publicidad, ni cuentas solidarias, ni tarjetas de la cadena ni lloriqueos a la audiencia para, estrujándose el bolsillo, salvar la libertad verdadera, sirvió de nada. Los trabajadores, los verdaderos mártires de ese despropósito bilioso, llevan más de cinco meses sin cobrar, los opinantes que les quedan se llevan albóndigas de lata de un comercio de renombre como salario, el dueño del local está hasta el gorro de los impagos, y por mucho amor que le tenga a la causa habrá dicho que se acabó, y que hasta aquí hemos llegado. Este es uno de los tinglados más graciosos de la extrema derecha, y el que más imaginación le ha puesto a su pervivencia. La noche sin el eximio Xavier Algarra no será igual, aunque los gatos tienen siete vidas. Ya están renaciendo. 



Lo siento. Es lo que hay. Vencida la primera reacción, la de salir corriendo al ver a Xavier Algarra, aún le queda a uno otra, que es peor, claro, la ideológica, que de tan de derechas y extrema deviene divertida, extravagante, un delirio. La gatera que forma con los de Intereconomía anda estos días asustada, intranquila, con el lomo erizado, sin saber cómo, dónde, y cuándo afilarán las garras otra vez. Pero yo estoy convencido, la derecha esperpéntica nunca muere, los gatos tampoco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario