Matrimonio
bien avenido
Artista invitado, Manuel Pérez
-Chúpamela.
-No, ahora, no.
-¿Por qué?
-Porque no tengo gana.
-¿Que no tienes gana? Tú eres gilipollas, tú no tienes
deseos, ni opinión, tú cumples órdenes.
-Te equivocas, sé lo que quiero, cómo lo quiero, y
cuándo lo quiero. Y ahora no quiero.
-Abre la boca y calla.
-No te pongas próspero, que no me asusta esa estaca,
que lo mismo que sube, baja.
-Déjate de filosofías, y arrodíllate. Mira cómo estoy.
-Ya lo veo, solo, amargado, viejo, marchito y
muriéndote sin saber lo que es el amor.
-Que te calles, puerca, que me la comas, que es para
lo único que sirves.
-Llevas razón. Pero ya lo sabes, cada vez que te la
chupo o me follas, te hundes un poco más en tu propia desdicha. Aquí tienes mi
boca, mi culo, mi coño.
-Me da igual lo que digas. Estoy empalmado y quiero
correrme.
-Y lo harás, para eso me compraste, para estar a tu
servicio. Las veinticuatro horas.
-Pues calla y traga, mamarracho, que una muñeca
inflable no me toca a mí los cojones.
Caperucita y el lobo, de Manuel Pérez |
MANUEL PÉREZ
Murcia, 1976
Su obra ha sido reconocida con multitud de premios. También
ha participado en numerosas exposiciones colectivas y sus cuadros se han
expuesto en diferentes ciudades españolas y de otros países, entre ellos EEUU y
Roma. Marcada por el color, la obra del artista ha logrado un sello propio que
se reconoce con facilidad.
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