El
gato Federico
Dicen que
Intereconomía se hunde. Lo dicen desde hace algunos meses. Dicen que las deudas
se van comiendo la gatera. Algo de eso habrá cuando algunos de los gatos con
uñas más largas y pintureras, y de maullido más acojonante, dejaron la casa
antes de que se les viniera abajo y se fueron a la de enfrente, donde los
curas, con el dinero que les damos, resucitaron el chiringuito que habían
montado con monjitas tipo Inma Galván
o Nieves Herrero. Todo eso parece
cierto. Pero también que Julio Ariza
y su apuesta por la “información libre” se retuerce como lo que tiene que ser,
un gato panza arriba. Hace bien. Wyoming
se lo agradecerá, porque aunque nada es como era todavía es capaz de sacar
humor donde sólo va quedando resentimiento y derrota. ¿Quién nos dirá, si cierra,
la verdad de la verdad? Huy, perdón, que se me humedece el lagrimal.
Una prueba de
que el gato pelea hasta el final es que ayer, si todo fue como debería, uno de
los grandes humoristas, también en horas bajas desde que los curas lo echaran
de su paraíso en la Cope, arribó como un gatito más dispuesto a darlo todo,
como las grandes tonadilleras. Federico
Jiménez llega con un montón de santos, los que le ríen la gracia como
tertulianos cada mañana en su emisora, aunque según el EGM, la clientela es
casi irrelevante. Les pondrán una cámara y emitirán la tertulia. Ese es el
nuevo programa. Y más. 13tv emite cine del oeste por la tarde. ¿Qué ha hecho
Intereconomía? Comprar un saldo de películas del oeste para competir en el
mismo horario. Es como la guerra de las piscinas entre Antena 3 y Telecinco,
pero entre las cadenas de derechas la cosa es con indios y vaqueros, una pelea
a muerte donde siempre ganan los buenos. ¿Los hay aquí?
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