Maldeojos. Musulmanes

Musulmanes

(Artículo publicado el martes, 22 de abril, en diarios de EPI PRESS)

      Esta noche en las cadenas privadas grandes se celebrará una batalla gorda. ¿O no, y de antemano se sabe que Telecinco vencerá a Antena 3? Tiene que tener Antena 3 mucha confianza en la miniserie que estrena esta noche, Rescatando a Sara, para enfrentarla a El príncipe. Puede que tenga mucha confianza, o ninguna, y por eso quiere quitársela de en medio, después de tres años en el cajón. Aunque historias distintas, en ambas hay musulmanes que no pintan bien. Los de El Príncipe no se andan con tonterías y, aunque se ve a algunos que llevan una vida honrada, los otros no son trigo limpio y se dedican al negocio de la droga o al de instruir a jovencitos para que, en nombre de Alá, se revienten y vuelen hacia un paraíso lleno de mujeres que los esperan con el pelo suelto. 

      En el último capítulo vimos cómo los fundamentalistas se deshacían de Driss, el joven actor Adil Koukouh, al haber descubierto su traición, tirándolo medio muerto del coche en marcha con un tiro en el abdomen. Sin contemplaciones. Por su parte, Faruk, no se dedica a la venta de chupetes de bebé sino al tráfico de droga. ¿Qué cuenta la historia de Rescatando a Sara? Pues eso, el viaje de Carmen Machi como Leticia a Irak en busca de su hija Sara, secuestrada por su padre, musulmán, para que la niña no acabara en España recibiendo la influencia de una educación y ambiente tan libre como peligroso, sobre todo para tipos como ese padre, que vería en su propia hija una amenaza para su desquiciada interpretación del islam. Lo cierto, lo que ve el espectador en ambas series, es que los musulmanes, estos musulmanes de estas series, son tipos muy peligrosos. 

Imagen de Carmen Machi en la serie Rescatando a Sara, donde interpreta a Leticia, que lucha contra el viento y los monstruos para recuperar a su hija, que fue raptada por su marido, un musulmán iraquí. En la "guerra entre musulmanes malos, a cual peor", ganaron los de El Príncipe -25´7%, 4.795.000 espectadores- frente al 12% -2.359.000- de Rescatando a Sara. Pero da igual, entre musulmanes -malos malísimos- anda el juego.