El
tete, valor en alza
(Artículo publicado el domingo, 13 de abril, en diarios de EPI PRESS)
A la
semana de la muerte de Adolfo Suárez
un reportero preguntó a tres jóvenes con pinta de haber pasado la noche en un
aparcamiento público de Granada para celebrar la llegada de la primavera en un
botellón que si sabían quién era Suárez. Las caras del chico y de las dos
chicas, que no estaban beodos, como alguien pudiera pensar, fueron de
extrañeza, aunque luego, repuestos del primer choque, se preguntaron en voz
alta, ¿alguien que dio un golpe de Estado?, dice una. Pertenece a la dinastía,
¿no?, pregunta él. Yo creo que pegó un golpe de Estado, dice una voz fuera de
cámara… Pues a mí me gusta, zanja una rubia a la que le importa poco lo que
hablan, lo que le han preguntado, y lo que responden sus colegas, que a ella
quien le gusta “es el Alfredo, el de La
Voz Kids, el morenillo chiquitillo”. Toma ya, Mario Vargas Llosa. Aprende a dilapidar tu memoria, Gabriel García Márquez. Déjate de
Informes PISA, OCDE, y échate unas risas. Claro que las tres últimas líneas son
memeces, nombres rarísimos y sin sentido para quienes conozcan de maravilla a
“Alfredo, el de La Voz Kids” y no tengan ni la más remota idea quién es Vargas
Llosa, García Márquez, y mucho menos la OCDE esa. Abundemos en la herida. El
otro día me pasaron el enlace de un cortometraje de los que te dejan
patidifuso. Se llama “Pipas”, lo dirige Manuela
Moreno, y lo interpretan dos jóvenes que parecen no interpretar, es decir,
que ves a Marta Martín y a Saida Benzal y te dan ganas de bailar
una jota, cortarte las venas, u operarte el pito por si te da la ventolera de
ir haciendo chiquillos sin ton ni son. La historia, de apenas 3 minutos, está
hecha en plano secuencia, con un plano medio de las dos que, al final,
desvelando el pastel, se va abriendo en un trávelin descacharrante.
El número Pi
En
“Pipas” nos enteramos de que el novio de una está muy raro desde que le ha dado
por estudiar eso. ¿Eso?, pregunta la amiga. Sí, eso de la ESO, dice hasta good
morning, tía, y me da una vergüenza, mira, el otro día terminamos de hacerlo y
me dice, te quiero Pi. ¿Cómo Pi?, sale de su ensimismado picoteo de pipas la
otra. Pues eso, Pi, de Pilar. ¿Y cómo lo sabes? Pues porque le pregunté y como
no sabía qué decir me dijo que Pi no era nadie, que Pi es un número infinito,
no te jode. Y hasta aquí puedo contar. Busquen Pipas en Youtube. A ver si al
tiempo que lo ven y se ríen no les entra el mismo dolor de alma que me entró a
mí porque el retrato es feroz, y se hace doloroso desde el segundo cero cuando
se hace saber que el novio está raro porque, qué cosas, ha decidido estudiar.
El corto recibió un premio en la XI edición del Notodofilfest. ¿Seguimos?
Sigamos. ¿Conocen a Wolfgang Maier? Se
lo digo. Es un reportero de la televisión alemana que, como hacían los Gerald Brenan del siglo pasado, observa
y se queda no con los grandes personajes sino con aquello que, a más de un
gobernante, le gustaría esconder en el último rincón de los PISA y su puta
madre. A Wolfgang lo sacan algunas veces en El
intermedio, dejando claro que su sentido del humor tiene más peligro
allende nuestras fronteras que beneficio los grises y simplones mensajes de Rajoy, que al alemán medio le importan
tanto como que Ana Rosa Quintana se
hinche como una pava al olor de unos huesos en Camas, Sevilla. Wolfgang Maier
viajó a Valencia con su equipo ¿para hablar con los intelectuales más
renombrados, para hacer una crónica de la Valencia más moderna? El cachondo
teutón tuvo los santos cojones de buscar por los polígonos como agua de mayo a Esteban. ¿Qué? Como suena. Esteban. Es
un ignorante de manual, es decir, un ejemplo a seguir, un tipo que se presenta
diciendo que “las tías, cuando me ven, parece que tienen debajo un grifo”.
Salió de la catacumba del gimnasio, único templo de su dios, que es él, para
subir al cielo de Gandía Shore, creo
que ya ven por dónde va el hormonado, que al estar dedicado al cuidado de su
cuerpo le permite, si le gusta una pava, “pinchármela”. Su zafia vulgaridad no
tiene límites.
Canis de lujo
En
la presentación de este reportaje, que recuperó el año pasado Florentino Fernández y Anna Simón para Así nos va, en La Sexta, dice que viaja a Valencia para hablar con
Esteban, “un ejemplo para la cultura cani”. Cuando llega Esteban, de su coche
sale una música atronadora de un músico que berrea algo de “una mano pa´rriba,
pa´rriba”, cani que vuelve locos a los cani. Mientras hablan, y Esteban suelta
deflagraciones que se le escapan a su cerebro, el reportero mira a cámara y
hablando en alemán para que el bruto no se entere le dice que no tiene
integridad, que es un ignorante, y para que no haya duda le pregunta si le
gusta la lectura. Pues sí, “leer leo, las cosas como son, porque leo la Play
Boy, o revistas de musculación”. O sea, un perfecto iletrado, apunta Wolfgang. Ahora,
Abraham, demostrando que se puede
pasar en pocos meses del anonimato más cerrado a la visibilidad más alucinante
y sin haber hecho nada antes –sólo pasar por Gandía Shore- ni ahora –encontrarse en Supervivientes- es ejemplo de estos valores que determinados
programas escupen, contaminando con su hedor a muchos jóvenes que los ven como modelos
de conducta que hay que seguir. La cantera de la que salen algunos dioses de discoteca,
gimnasio, y patética chulería mantiene una salud estupenda a pesar de que Mujeres y hombres y viceversa lleva en
antena 6 años. De ahí salió Rafa Mora,
otro levantino en el que muchos veinteañeros ven al héroe, al tipo que cambió
su vida como ellos pueden cambiarla para dejar de ir al parque y tirarse las
horas comiendo pipas, y fumando porros… sólo es cuestión de ser un cani de
lujo, machacarse en el gym, tatuarse hasta los huevos, depilarse sin
miramientos, tener suerte y que te cojan en un programa, ganar pasta, y
follarse todo lo que se menea, tete, hazme caso, que estás muy raro desde que
te ha dado por estudiar, tira el libro, coño, y lee esta revista de
musculación, ostia.
La
guinda
Volvió fuerte
La
veterana de 71 años, el celíaco, la vegana, el que hace salmón en el
lavavajillas, la jovencita con un currículo envidiable… así hasta 15 concursantes.
Y Pepe Rodríguez, Samanta Vallejo-Nájera, y Jordi Cruz, el jurado. Y la oficiante, Eva González. Es decir, MasterChef. Volvió a La 1 con la fuerza
y el empuje del programa consolidado que repite idéntico esquema. Hasta en el
tipo de concursantes. La audiencia respondió.
Aquí tenéis el enlace de PIPAS
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