Hiba
y Sandra
(Artículo publicado el sábado, 12 de abril, en diarios de EPI PRESS)
Podía haber sido peor, y en vez de una vaca en mitad del plató,
las chicas de Hable con ellas podían
haber dedicado una hora a hablar de las relaciones entre los habitantes de un
bando y los de otro en Supervivientes,
haciendo un paralelismo de rabiosa actualidad entre España y Cataluña, que
alguien ha decidido poner a la gresca. Pero no, del primer programa me basta
decir que no fue la bazofia que podía haber sido. No me volvió loco, es verdad,
incluso hubo mementos en que me resultó un guirigay, no buscado sino fruto del
descontrol. Algo saqué en claro. De las invitadas, Hiba Abouk fue la sorpresa. De familia musulmana, tuvo que pelear
para no ser ninguneada por la tradición, demostró tener una cultivada
sensibilidad, y nos dejó turulatos su formación académica, con cinco idiomas
manejados como el que respira. Un descubrimiento. Celia Villalobos defendió su cortijo y sus garbanzos. Sin novedad.
En el apartado de “ellas” está claro que destaca Sandra Barneda. ¿Qué hubiera sido de la
cita sin las tablas de Sandra, acostumbrada a recibir órdenes por el pinganillo
sin que nadie se entere? Ella calmó, organizó, avanzó e hizo que la noche no
resultara un aquelarre de chicas tratando de ser la más ingeniosa, gritona,
graciosa. Yolanda Ramos se tomó en
serio su trabajo y acorraló a Celia, aunque ha de calmar el modo. Beatriz Montañez se fue creciendo, pero
no debe olvidar que Sandra es la que parte el bacalao. Natalia Millán, bueno, distante, casi fría, estirada incluso. No
sé, no sé. Y Alison Eckman… dicen
que es simpática. La prueba de verdad un par de martes próximos, cuando el
programa ruede sin la presión del estreno. Intuyo que alguna se marchará.
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