Maldeojos. ELDS

ELDS

(Artículo publicado el sábado, 19 de abril, en diarios de EPI PRESS)

      En lengua de signos quieren decir las mayúsculas del titular. Podrían decir más cosas, pero sólo ésta para el caso que nos ocupa. Así que ELDS es el nombre de un programa de  La 2, dónde si no. El título nos avanza el contenido, y casi las intenciones. Hay que buscar las emisiones para verlas, como casi todos los programas, pero al emitirse en La 2, los sábados, y dirigirse a un público tan específico como el de las personas sordas, su existencia es aún más llamativa. Y valiente. Lo presenta Paloma Soroa. Tiene esquema de informativo ya que se hace un resumen de lo más destacado de la semana, desde la actividad parlamentaria a la del jefe del Estado, además de un resumen de las noticias internacionales. Pero lo que más llama la atención a los que no somos sordos es la cantidad de noticias que tienen que ver con ese colectivo y que apenas dan al salto a los informativos generalistas.

      En España se calcula que hay más de un millón de personas con sordera, y programas como En lengua de signos consiguen que tengan relevancia pública, que existan. Me llama la atención la realización del informativo, donde es más importante la imagen de la presentadora –junto a Paloma Soroa se alternan Fernando Sanz y Andrea Verbeke- que el de los hechos, al contrario que en un informativo clásico. Es lógico. En ELDS lo que importa, lo que hay que destacar, es la perfecta visualización de las manos que lo explican todo. Por eso los fondos no distraen y las imágenes se empequeñecen en un recuadro a la derecha de la pantalla. Lo mejor de En lengua de signos, historias que no conocemos –avances médicos, tecnológicos, culturales, de integración-. Búsquenlo.

Esta suele ser una imagen habitual de En lengua de signos, es decir, la imagen de la noticia, en un segundo plano. En primer plano, para que se vea y se entiendan bien sus movimientos, la presentadora, que habla en signos. Es uno de esos programas que hacen de la televisión pública -en este caso en La 2- una necesidad, un rasgo de civismo.