Se
nos fue
(Artículo publicado el martes, 25 de marzo, en diarios de EPI PRESS)
Me
gustó mucho el cariño, respeto, consideración, y emoción con que Antonio García Ferreras, director de La
Sexta y de la tertulia matinal Al rojo
vivo, despedía el viernes el programa, horas después de saberse que Adolfo Suárez “se nos va”, dijo el
periodista dando a entender con esa frase que es algo de todos, que no se va
cualquiera, que quien se va forma parte de este país, de nuestra memoria. Cómo
me fascina el lenguaje, esa capacidad suya para
enmarcar, embellecer, centrar, y matizar los mensajes. Podía haber
dicho, Adolfo Suárez se muere, Adolfo Suárez está en su fase final, pero no,
mirando a cámara, con su mano izquierda abierta, moviéndola a golpe de palabra,
dijo, Suárez “se nos va”. Aunque seguro que él también le atizó en su día –como
lo hicimos tantos en la otra punta de sus ideas-, esa frase resume el
reconocimiento, con todas las sombras que se quieran, como gobernante a favor
de la democracia en este país.
El
hijo del ex presidente, Suárez Illana
llamó a los medios de comunicación como se convoca a la familia, y como ante
ella no hay casi nada que ocultar, al final se vino abajo y se le encendieron
los ojos. Pero los medios son canallas, y un difunto en vida es una atracción
irresistible. Y ahí, en ese punto, es donde me pregunto cosas. La imagen de los
reporteros a la puerta del hospital me recordaba la de las aves carroñeras a la
espera del “inminente desenlace”. Esa cuenta atrás elevó la agonía a categoría
de espectáculo. Ninguna cadena se quedó atrás. El último servicio de Suárez a
España fue morir en el tiempo previsto. Me sigo preguntando lo mismo. ¿Por qué
se anunció 48 horas antes la muerte del aún vivo? ¿Otro servicio a la Corona?
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