Periodistas
(Artículo publicado el jueves, 6 de marzo, en diarios de Editorial Prensa Ibérica)
La
visita de Marine Le Pen a El objetivo fue una buena excusa para
volver al programa, al que tenía descuidado por esas inercias de espectador
que, de golpe, sin saber por qué, o quizá sabiéndolo, un día lo abandonó y no
notó su falta. La directora del programa se fue a Estrasburgo para hablar con
la parlamentaria de extrema derecha. En lo que dijo la hija de su padre,
ninguna novedad, es decir, nada que no espere uno de una cabeza que se fue
amueblando desde pequeña con ideas que a uno le producen asco y vergüenza. Lo
que me gustó, y mucho, de la entrega dedicada a la extrema derecha europea fue
no sólo su directora, Ana Pastor,
que estuvo a punto de desbaratar la fabricada calma de Le Pen llevándola al
rincón de las alteradas por desenmascaradas sino el programa en sí, que salió
redondo, esclarecedor, muy documentado.
Puso
sobre la mesa el panorama de una Europa cada vez más encabronada frente a los
partidos clásicos, de ahí que la gente los castigue echándose en brazos de
partidos de extrema derecha con mensajes de ofensiva simplicidad intelectual,
pero de una eficacia populista que en las próximas elecciones los 36 diputados
que tiene esta ideología tan trastornada, repartidos entre Dinamarca, Francia,
Holanda, Italia o Grecia, pasarán a un número preocupante. En resumen, se me
hizo corto El objetivo. Redondeó una
noche que inició Jordi Évole con un Salvados que habló con Pedro José Ramírez, ex director de El
Mundo, con un Évole fiel a su estilo, el de acariciar con mano de acero tapando
el frío metal con cálidas sedas con el objetivo de confiar a su presa. Pedro
José trató de esquivar los golpes, pero notó el soplo del polluelo. Gran noche
de periodistas.
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