Se
hace saber
(Artículo publicado el martes, 4 de febrero, en diarios de Editorial Prensa Ibérica)
A
ver, se hace saber que Se hace saber,
el programa de humor tronchante que La 1 puso en marcha hace unas semanas deja
en evidencia que nadie se troncha con las gracias del programa , que el invento
ha fracasado, y que de nuevo se pone al descubierto lo que en verdad en verdad
os digo no quieren que se airee, es decir, el desnorte, el desgobierno, el
desbarajuste de los programadores al dar luz a programas trazados para competir
con las televisiones privadas, y hacerlo con productos que, sin estar del todo
mal, resultan pastosos, antiguos, vistos mil veces. La última edición de Se hace saber –los viernes por la noche-
hizo un 6´7% de audiencia, es decir, un aviso clarísimo de que el barco de los
humoristas Goyo Jiménez, Leo Harlem, Berta Collado y otros, no convence, o sea, que se hunde. Lo vi en
el estreno, y he vuelto a él después, pero siempre me quedo con cara de imbécil
porque me la preparo para echar una sonrisa y no, no lo consigo.
Es
una sucesión de gags de cómo es la gente de este país, pero al no haber ni
ironía ni sarcasmo, lo que ves sabe al famoso hueso que sirve para mil cocidos
porque se saca y se mete cada vez que se guisa una olla. Una sola emisión, por
comparar con algo que se emite en otra cadena a la misma hora, de Los mayores gamberros –los viejecitos
puñeteros que se ríen de los jóvenes- tiene más gancho que este pesado Se hace saber. En el fondo, una vez más,
la cobardía de TVE al no apostar por una televisión pública que no mire de
reojo la parrilla de las privadas. Por decisiones torticeras como esta, el
hundimiento programado de Informe Semanal
clama al cielo. Ya es irrelevante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario