No defrauda
(Artículo publicado el sábado, 15 de febrero, en diarios de Editorial Prensa Ibérica)
Hace
dos semanas estrenó La 1 una nueva edición de Mira quién baila. Es una penita que no haya podido contar con la
inestimable colaboración de Mariló
Montero como experta en tangos y rock and rock. Ahora sabemos que TVE tenía
una misión más alta para señora tan polifacética, nada menos que irrumpir en
horario de máxima audiencia por la noche, y haciendo humor, ella, que es tan graciosa.
Presentará, junto a todos los humoristas de este país –pero todos, sin
exagerar, qué hartura de Leo Harlem,
de Miki Nadal- El pueblo más divertido. Sobre Mira
quién baila, centrándonos de nuevo en lo que hoy tratamos, aunque con
dificultad, como el PP, que no se centra así lo piquen, no defraudó. Verán. No
defraudó, y lo digo sin ironía, el presentador, Jaime Cantizano, y no defraudó porque el tipo sabe hacer las cosas,
llena la pantalla, se mueve como dios.
Este
señor, que hasta hace unas vergüenzas presentaba una de las últimas cloacas que
Antena 3 dedicaba al chisme bizarro en ¿Dónde estás, corazón?, regresó demostrando
que los buenos saben defender productos nauseabundos y lo contrario. No
defrauda el programa porque es el de siempre, y no se echa en falta a Anne Igartiburu, nada de nada. Y por
supuesto no defrauda Mira quién baila
porque mientras miras confías en que salga cuanto antes la vedette, la estrella
del picante, la musa de la tele de Aznar,
la eminente, embriagadora Norma Duval.
No defrauda. Es tan relamida, tan rubia, está tan bien maquillada, que hay que
desintoxicarse de vez en cuando con la espesura –literal- del Sevilla, el de Mojinos Escozíos –qué
asco, tío-. En fin, gran vuelta.
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