Rara,
rara
(Artículo publicado el sábado, 18 de enero, en periódicos de Editorial Prensa Ibérica)
Hola,
cómo les va la vida, preguntaba Isabel
Gemio como saludo a la audiencia en su nuevo programa de tele, sí, de tele.
Estoy convencido de que andarán preguntándose en qué cadena, a qué hora, qué
día, y si esa Isabel es la Gemio de Hay
una carta para ti, el mítico programa con la mermelada sentimental que la
relamida extremeña salpicaba, más, con su toque ñoño, cursi, siempre afectado,
o la Gemio de Sorpresa, sorpresa. Y
la respuesta es sí, la misma. Ha vuelto a la tele, y “está feliz, realmente
feliz de que TVE me dé esta oportunidad a través de La 2”. Así que ya lo saben,
está en La 2, los sábados por la mañana. ¿Por la mañana, sin sorpresas ni
amagos de desmayo por la emoción? La verdad es que si no tuviera prejuicios, es
decir, recuerdos, Isabel Gemio sería una señora con soltura presentando un
programa sobre enfermedades raras. Intentaré que así sea.
Hay
más 8000 enfermedades raras, de las cuales el 80% tienen origen genético, pero
de estas cosas apenas sabemos nada. Con información positiva, Todos somos raros, todos somos únicos,
es decir, desde la esperanza, el espacio de la tele pública indaga y hace
visibles al gran público lo que esos enfermos y sus familias viven en anónima
soledad. En el fondo, en la forma, y en sus objetivos, lo que pretende el
programa, lo que quieren los enfermos y familiares, los famosos que colaboran
con las instituciones, los médicos que verbalizan y revelan ese mundo aparte,
es que se investigue, que se avance en la lucha. La propia Gemio, con un hijo enfermo,
pide ayuda para ir desbrozando esa selva. No hace un programa glamuroso, pero
sí conveniente, y sin estridencias.
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