viernes, 17 de enero de 2014

Maldeojos. El reportaje perfecto



El reportaje perfecto
(Artículo publicado el jueves, 16 de enero, en diarios de Editorial Prensa Ibérica)


           Ni la sintonía de En portada te deja indiferente. Tiene la tensión necesaria para lo que se espera del programa, actualidad, rigor, reflexión, análisis, e interés, con una mezcla de vibrante delicadeza y melancolía, incluso poesía. La sintonía de En portada es tan importante que en la emisión para celebrar sus 30 años en antena, 30 años, la despedida fue emocionante al escucharla interpretada por distintos músicos, distintos instrumentos, y en distintos países –bellísima y novedosa la reinterpretación de músicos marroquíes en Rabat-. En ese En portada, que emite La 2 los jueves por la noche, se trató de llegar al acuerdo de si existe o no El reportaje perfecto. Además de recordarnos auténticas joyas del periodismo, entregas que hoy son monumentos a la mejor televisión pública, el director del programa, José Antonio Guardiola, reunió a tres grandes narradores. 

          Sátrapas, revoluciones, desastres humanitarios, hambrunas, o latrocinios de estado han sido objeto de interés de un programa que hoy, sin duda, es un referente de calidad y que, para explicar cómo contar la realidad siempre compleja se oyó la opinión de Javier Reverte, Rosa María Calaf, y Alfonso Armanda, que verbalizó algo que siempre le ronda a uno por la cabeza. Dijo que hay que usar las emociones en el reportaje, claro, en la narración, pero que hay formas legítimas y formas perversas de hacerlo, es decir, sin añadidos sensacionalistas, sin traspasar el límite entre realidad e invento. Les invito a que si no vieron la emisión en su día no sólo la recuperen sino que se enganchen desde ya a En portada, un viaje lleno de matices, olores, y sabores del mejor periodismo. 


Rosa María Calaf en un momento de la grabación de En Portada en el Palacio de Cristal de Madrid -el lugar fue elegido a conciencia, como un símbolo de transparencia-. Señoras como esta dignifican el trabajo del periodista, y viendo ahora su forma de hacer, comparada con la general de hoy, la brecha es aún más grande y dolorosa.


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