A
garrotazos
(Artículo publicado el jueves, 2 de enero, en periódicos de Editorial Prensa Ibérica)
Algo
así me temía. Han tardado mucho. Prometo por mi honor, que lo tengo intacto,
que lo intuía, que dos cuervos, dos carroñeros, dos machos alfa peleando por el
mismo plato extirpado al mismo cadáver
es mucha agresividad junta. Hablo de Albert
Castillón, que era el único coprófago jefe de Espejo público, y su santa palabra no tenía mediadores. Pero la
tele es más cruel de lo que los mortales a este lado de la guerra podemos
soñar. Y Antena 3 le arrebató a Telecinco, al programa de la señora Ana Rosa, su macho alfa del suceso, al
caballero que lo da todo por una gota de sangre, por una violación, por un
chiquillo desaparecido, por una cría asesinada por sus papás, oh, por favor, no
jueguen con eso, que por una exclusiva de esa naturaleza Nacho Abab ma-ta. Y con ínfulas de obispa que no consiente que le
tosan llegó a la mesa de Susana Griso.
Ahora,
en estos días de amor y empalago, cuando la jefa está descansando, sustituida
por Sandra Daviú, la forzada
contención se ha derrumbado por mor de la babosa entrevista que Abad, en
exclusiva universal para vergüenza nacional, mantuvo con el viudo de Rocío Jurado, el Señor Tan A
Gustito. Uno defendía como el vasallo
hace con su señor a Ortega Cano, y
el otro, que el conductor condenado a prisión por matar a Carlos Parra por conducir hasta el culo de alcohol quiere retrasar
su ingreso cueste lo que cueste. No llegaron a las manos, pero los gritos y
malos modos resquebrajaron la paz navideña, tan frágil. No me grites, pedía
Castillón. No te grito, gritaba Abad, es pasión. Pues baja la pasión, replicó
el macho demediado. De seguir así, prometo estar más atento al programa en
2014. Por si llegan a los garrotazos. Mientras, feliz año.
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