miércoles, 15 de enero de 2014

Maldeojos. Osmincito



Osmincito
(Artículo publicado el martes, 14 de enero, en diarios de Editorial Prensa Ibérica)

      Lo de Cuatro es de un cachondeo llamativo. No hay duda. Es la cadena friki para frikis. Programa que estrena, programa que avanza en la búsqueda de la extravagancia. Lo último, un tipo llamado Osmin Hernández. Es cubano, estuvo 5 días a la deriva, en el mar, en una barquichuela, tratando de llegar a las playas yanquis. Hasta que las alcanzó. De allí, después de “poner en forma a las estrellas”, llega a España para “liarla parda”, dice el narrador al comienzo del programa, con El método Osmin. El tipo, avispado y listo, ha hecho de su olfato payaso, espíritu macarra, y verbo marcial de chirigota, su forma de ganarse la vida con programas cutres para adelgazar y ponerse en forma con ejercicios callejeros a lo bestia. Pescado, agua y ensalada, grita el entrenador como un mantra a quien se pone en sus manos. Y nada de sexo, ve tú a saber por qué. 

      Tiene el perfil del charlatán, del listillo, del telepredicador, y en vez de vestirse como un atleta, o con ropa deportiva, se disfraza con bermudas horteras, camisetas macarras sin mangas para lucir su cuerpo tatuado, también a lo bestia, y se toca con un gorro de baño, ve tú a saber por qué, y usa gafas de piscina, es decir, un adefesio que responde no a la casualidad sino a la estrategia del que se labra un personaje. El programa es un truño que no hay forma de coger y justo por eso, por dejar al aire con tanto descaro las tripas de la farsa. El método Osmin, que por supuesto no responde a criterios científicos sino a los del tarot, la videncia pendona de Sandro Rey, o la teletienda, tiene hasta un mono, Osmincito, para acabar de verlo todo con claridad. 

Este fantoche, Osmin Hernández, ha creado un personaje tan estúpido que en vez de hacer gracia al espectador, a este espectador, le produce un asco considerable. Es otro friki amontonado en Cuatro, la cadena friki. No cuajará, por muy avispado que sea este superviviente. Me meo cuando leo que es el entrenador -por favor, diga coache, como dicen los puturrú de fuá- de las estrellas. Jajajaja

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