lunes, 2 de septiembre de 2013

Maldeojos. Tico Medina



Tico Medina
(Columna publicada el domingo, 1 de setiembre, en periódicos de Editorial Prensa Ibérica)

      Lo peor de un abuelo que aún se cree guerrero es hacer como que guerrea pero dejando ver que ya es abuelo, que está de vuelta de todo, que puede hacer lo que quiera, y que es más listo que el hambre, y por supuesto no se contenta con ser el más listo sino que es el más gracioso, con esa gracia malafollá del granaíno malafollá que va de sevillano con pinta de gaditano y aroma de malagueño. O sea, el símbolo, la sangre, la casta elegida y la cuna de oro porque soy Andalucía. Lo que quiero decir es que he descubierto con cara de acelga en Canal Sur a Tico Medina y me ha dado tiricia. Don Tico ya no es don Tico Medina, va de institución andaluza. Oh. Como La Alhambra, como la Giralda, como La Mezquita de Córdoba. Hace el ridículo. Lo tienen, no sé para qué, en La Tarde de Canal Sur. Creo que va como especialista en la Casa Real. 

      Sería respetable si se hiciera respetar, pero va de sobrado, como mirando por encima del hombro al resto de colaboradores, e incluso del presentador, función que este verano recayó en Rafael Cremades. Seguro que él ni es consciente, que tiene esa actitud porque está en televisión y hay que dar espectáculo, y espectáculo para él es decirle una y otra vez a Carmen Pardo, más y mejor informada que el abuelo cebolleta, que a ver si se quita esa pulsera con tanto brillo porque lo ciega su luz. Es una broma, quiere que sea una broma, pero deja de serlo cuando ya le han reído –un poquito- la gracia, y él sigue con la cantinela. Pinchan planos con cara de impaciencia cuando alguien habla más que él, y su chulesca actitud no da bien en televisión, su altiva pose apenas queda diluida por su falsa humildad. No es sabio, en pantalla es un hombre patético. 

No hay cosa peor para alguien que demostrar por encina de todo que está de vuelta de todo, que por su edad sabe más que todos, que domina la situación, que la tele para él no tiene secretos, que sus contactos son la hostia, que tiene línea directa con todo quisque del cielo pa´bajo. O sea, un fantasma. No conozco a Tico Medina, así que no tengo nada personal contra el buen señor. Pero sí contra la imagen que él mismo se encarga de avivar en televisión, en concreto en Canal Sur, y da grima. Hace el ridículo. No tiene la digna serenidad de otros sabios periodistas de su edad, auténticos pozos de admiración.

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