Planazo
(Columna publicada el sábado, 3 de agosto, en periódicos de Editorial Prensa Ibérica)
Si les digo que sé con exactitud lo que haré la noche de los sábados de setiembre me dirán que la vida puede dar un vuelco, que aún es pronto, que nada hay escrito, que todo se andará, que ya veremos, que no firme nada. Y llevarían razón. Pero con un matiz. Les cuento. Acabamos de saber que el hervidero en el que parece vivir Paolo Vasile, sin salirse un milímetro de las geografías de la boñiga, ha dado un último estertor y se ha cargado El gran debate de la noche del sábado, así que Jordi González pasará en otoño a ser un parado de lujo –tiene contrato fijo con Mediaset hasta 2016 lo saquen o no lo saquen en pantalla-. Pero la maquinaria de esa fábrica de albóndigas malolientes no se puede parar. Y ya está en el tajo la productora fetiche de la casa, la que mejor entiende y mejor sirve los deseos de sus caporales, La fábrica de la tele, es decir, la parturienta que mejor criaturas da a la causa, desde el mentado debate a las caras de Sálvame.
A Jordi González muerto, Emma
García puesta. La reina de la basura de Mujeres
y Hombres y viceversa se encargará de aliviarnos la noche del sábado con un
programa de sábado, redundancia que me pone los pelos del sobaquillo de punta
porque, qué quieren que les diga, me espero lo peor. No porque no haya debate
político, cansino, cierto, con unos tertulianos amojamados y previsibles, sino
porque Telecinco dice fiesta y es como mentar la bicha de las mamachicho. Por
eso les digo que, de entrada, sé con exactitud qué haré, o qué no haré, la
noche de los sábados a partir de setiembre. No estaré ni poco ni mucho
esperando a ver con qué se descuelga Emma García. Eso sí, seguro que más de
cinco se frotarán las manos con semejante planazo nocturno.
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