Viva el vino
(Artículo publicado el sábado, 9 de abril, en diarios de EPI PRESS)
No quiero ser
exagerado y decir que desde que Bertín
Osborne no está, y por ahora ni se le espera en TVE, se respira mejor en la
tele pública. La tele pública tiene más miga que la presencia o ausencia de un
mediocre cantante melódico. La tele pública lleva años en estado de agonía.
Fíjense si no levanta cabeza, si TVE, que debería de ser el músculo de todas
las televisiones, el referente en todos los sentidos, fíjense si es
irrelevante, si está perdiendo el norte, como Antena 3 lo ha ganado trasladando
Allí abajo a los martes, que El caso, una de sus ficciones más
potentes, mejor logradas, se ha desinflado a la tercera semana con una
audiencia que no alcanza ni los dos millones. O sea, que el medio, es decir, el
soporte que emite la serie que narra los sucesos del régimen franquista, o sea,
La 1, es irrelevante. Falla el medio, no el mensaje.
La audiencia, de
manera mayoritaria, se informa y se entretiene en otras cadenas que no son TVE.
En tu casa o en la mía era la excepción.
Hacía audiencias mareantes. Pero en este caso fallaba el mensaje, impropio de
una televisión pública, por mucho que nos llame gilipollas el señorito jerezano
a quienes pensamos así. Ya no está, y sí, de alguna manera se respira mejor en
la tele pública. Ya era hora. La rabia, la tristeza, es que se haya ido él por
cuestión de dinero y no haya sido TVE quien lo haya puesto de patitas en la
calle, por mucho que saque pecho diciendo lo contrario. Ya está en Telecinco. Y
ha comenzado a grabar Mi casa es la tuya.
Francisco Rivera, el torerito, su
primer compadre. Sin novedad en el frente. Bueno sí, el donjuán que vende
quesos, se embolsa 30.000 euros por la escena del sofá. Viva el vino.
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