Tienes talento,
colega
(Artículo publicado el domingo, 6 de marzo, en diarios de EPI PRESS)
Volvió El príncipe a Telecinco. No defraudó. La
serie la ven cuatro millones como el que canta una nana. Es su última
temporada, y la cosa está en ver si Khaled Ashour, el personaje del actor
francés Stany Coopet, será cazado
como terrorista. Y en ver si al fin los personajes de Hiba Abouk y Álex González
foguean los pinchazos del amor como está mandado, no como adolescentes que se
pellizcan o retozan a quemarropa, por si los pillan. Hasta ahora, en cada capítulo,
los guionistas han encontrado una razón de risa para justificar que Álex
González se quite la camisa y enseñe sus tetas, tan marcadas y gordas como las
de un muñeco inflable. Sin embargo, Álex, además de tetas, posee otro talento.
No es el que más destaca como actor, pero tampoco está a la cola. ¿Quién es el
que tiene el incuestionable talento de ser el peor de la clase, el número uno
por la cola? Si usted ve la serie convendrá conmigo que ni esos extras a los
que hacen pasar una y otra vez como habitantes del barrio ceutí de el Príncipe
son tan malos como el colega Jesús
Castro, tío, qué horror, eres tan actor como Rita Barberá senadora o fiscal del Estado el fiscal Horrach, un gatito de terciopelo
preguntando a Iñaki Urdangarín, el
talentoso duque empalmado. Pues tú, Jesús, igual, tronco, qué malo eres, tío.
La otra noche, viéndote en uno de los planos que eligió el director de ti, casi
me atraganto, dios. ¿Conoces ese anuncio para Fiat de Ben Stiller que pone caritas, y mira a cámara una y otra vez con el
morro apretado? Pues igual, colega, pero todo el rato. Cámara y acción, gritará
el director, y tú, hala, morro apretado y mirada torva, la única que tienes.
Una foto tuya en vez de tú sería un acierto, incluso se tomaría como algo
humorístico. He llegado a la conclusión de que te llaman porque los directores
saben que por muy malo que sea el elenco que te rodea siempre será mejor que
tú. Te pones tan intenso, nene, como Gloria
Serra narrando el guión de Equipo de
investigación –5 años en antena, 200 programas en La Sexta, los viernes-.
El tío de la cabra
El jurado de Got talent es otro que se pone intenso,
cardíaco, afrodisíaco, dionisíaco, juncal, pinturero, tontorrón, malote,
pedorro, cursi, falso, compasivo, vamos, que hace lo que tenga que hacer un
jurado que está ahí para lo que está, para hacer el paripé y elegir al tío de
la cabra. Supongo que ese ritual, esa liturgia de la elección va en el guión,
viene de fábrica. Como hemos visto en mil zapping conocemos la cara lela, la
cara de asombro, los ojos abiertos o muy abiertos y brillantes, de los miembros
del jurado del programa británico, los gestos de Simón Cowell, Amanda Holden,
Alesha Dixón, y David Walliams, esas caras cuando encuentran diamantes en piedras
brutas de apariencia ruda y desgarbada como Susan Boyle cantando hasta la lágrima “I drimed a dream” o a Paul Pott, el mofletudo, obeso, con
pinta de camarero de chiringuito de playa, cantando como un ángel bajado de los
cielos “Nessun Dorma”. Todo eso ya lo hemos visto. Por eso, ahora, cuando veo a
Jorge Javier Vázquez con los ojos
abiertos no puedo dejar de ver al Jorge Javier Vázquez que parodia con soberbio
magisterio José Mota. No me lo creo.
La verdad es que no me creo a ninguno de los miembros del jurado. Veo en Eva Hache, en Edurne y en Jesús Vázquez
un jurado de pega, como si cada uno de ellos estuviera más pendiente de poner
caritas para su cámara por si los pincha el realizador que de seguir a la mujer
barbuda del escenario. Porque esa es otra característica del Got Talent español. ¿Tienen que ser los
concursantes tan llamativos? ¿Por qué sacan a tanta chica rebozada en
chicharrones, a niños en sillas de ruedas que hacen piruetas de ballet clásico,
a tullidos simpáticos, a la tía que mueve las tetas como si tuvieran vida
propia, ahora la izquierda, luego la derecha, ahora las dos, arriba, abajo, y
vuelta a empezar? Y otra cosita. ¿Qué pinta ahí entre bambalinas Santi Millán? Ah, vale, nada, pero
también pone caras raras y abre mucho los ojos mirando a cámara cuando huele el
talento a distancia. Es un sabueso del talento.
A las urnas
Pero para
talento natural, y sin pasar por Got
talent ni puñetas, el de Nacho Villa.
No es el tío de la picha con cabeza de serpiente ni canta por Antonio Molina como si fuera un eunuco.
Es el ex director de la tele manchega, esa en la que Mariloli Cospedal vio la luz hecha carne y símbolo de la tele
pública independiente. El amigo Nacho se fundió tirando de tarjeta unos 155.000
euros, según una auditoría , que dice que el menda se tiró a los puros caros, a
la langosta, y al buen vino, como un pobre al comedor social. Para manipular
hay que tener la barriga llena. Mientras esta gente se metía entre pecho y
espalda un cochinillo, saboreaba las delicias de la langosta fresca, y bebía
caldos de varios ceros, se esquilmaba la sanidad pública o se recortaba en
educación. Hay que tener talento para hacer esas fechorías y decir lo
contrario. Luego están los sindicalistas Cándido
Méndez e Ignacio Fernández Toxo, esa pareja tan mona, tan mayores
pero tan bien avenidos, pareja que demuestra una vez más que la convivencia
sincroniza ritmos, gustos, y prioridades. Monísimos los dos enganchados a sus
teléfonos mientras Pedro Sánchez
soltaba su discurso de investidura con una convicción que al presidente
valenciano Ximo Puig le parecía
menos interesante que lo que veía en su móvil. La escena del aburrimiento en el
gallinero del Congreso, completa con Amparo
Rubiales recostada mientras se mira la mano, y García Page dormitando, puede resumir estos últimos días de
trasiego político. Ya lo dijo Shakespeare,
mucho ruido y pocas nueces. Viendo las sesiones de investidura me preguntaba si
los diputados creían estar ante el jurado de Got talent. Gritos, chulerías, desplantes, sorderas, autismo, egos
inflamados, gallos de corral, colegas. Al jurado casero de este Got talent político se le ha quedado
cara de Jorgeja viendo a las chicas “XL de la oda al michelín” mientras da su
veredicto. Venga, troncos, nos vemos en las urnas.
La guinda
Qué pesadilla
Es una plaga.
¿Creíamos que los programas caza talentos habían tocado fondo? Ni lo sueñe.
Esto sigue. Ahora es Antena 3 la que anuncia nuevo peñazo. La cosa va de buscar
al mejor bailarín, y por eso se llama Top
Dance. ¿Tiene jurado? Eso ni se duda. Mónica
Cruz, Rafael Amargo y David Bustamante. Ah, los danzantes
mostrarán su vida en la academia donde reciben clases. Sólo de contarlo me
aburre. Qué pesadilla.
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