El delantal
(Artículo publicado el sábado, 5 de marzo, en diarios de EPI PRESS)
Tal vez lo
vieron, y tal vez ni se dieron cuenta. O tal vez lo vieron, y al darse cuenta
dieron un respingo de asco, como el que sabe que por aquí hemos pasado ya, y
vuelta a empezar. ¿Y esto para qué sirve?, se preguntaba un lacio Íker Casillas cogiendo con temor el
delantal que le daba Bertín Osborne
en su entrega de En la tuya o en la mía.
Los chicarrones venían de la escena del sofá, pero esa escena apenas tiene
gracia, y eso que el cantante melódico se parte el culo por cualquier
chuminada, que con sus risotadas eleva a cosa insuperable, a anécdota
tronchante, vamos, a descojone. Del sofá partieron bromeando a la cocina,
adelantándose a la mundial que “vamos a organizar, porque tú de cocina, ¿qué
tal?, preguntaba el señorito al portero adivinando lo que le diría, que nada,
que ni idea, que la cocina es un reino lejano, ignoto, de otros.
Mejor, de otras.
¿Y esto para qué sirve?, respondió el señor futbolista sabiendo que era un
chiste, una broma. ¿Y esto para qué sirve?, dijo Íker. Vamos, no me jodas, creo
que le respondió el campechano más campechano de los campechanos. En ese no me
jodas, Norberto Juan Ortiz Osborne
dejaba claro que eso era demasiado, que se puede ser un poquito machista, pero
lelo y machista es como insoportable. Rieron la gracia y pasaron a otra cosa.
¿A otra cosa? Tú que eres la que sabe, ¿cómo ves esas patatas?, preguntó
Norberto a la esposa del portero, Sara
Carbonero, que entró a escena por no hacer el feo, sobrepasada por el hedor
a macho. Sólo el que piensa que la mujer es “la que sabe de patatas” es capaz
de preguntarlo. Tanto machismo en la tele pública da un asco inabarcable. Pero
Bertín nos llamó hace unas horas gilipollas a quienes lo creemos así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario