Cintora, a la
calle
(Artículo publicado el sábado, 19 de marzo, en diarios de EPI PRESS)
Lo echaron de la
casa cuando Las mañanas de Cuatro
alcanzaba un éxito desconocido. Jesús
Cintora, con su periodismo ágil, no complaciente, consiguió hablarle de tú
a Antonio García Ferreras y a Al rojo vivo, que ofrecía una oferta
similar en La Sexta. Hace un año de aquello, cuando al PP le llovían, como
sigue hoy, revelaciones de una corrupción que parecía no tener límite. El
Gobierno tenía que conceder nuevas licencias de canales de televisión. A
Mediaset también. Con eso lo digo todo. Las gallinas que entran, por las que
salen. Total, Cintora a la puta calle. Por malo. Por impertinente. Por
periodista, chato, por tonto, que todo tiene un límite. Como un chulo de putas,
Mediaset tragó, y en su lugar colocó a Javier
Ruiz, actual presentador del magacín político.
Que no, que
sigue en Mediaset, que hay un proyecto para él, se dijo entonces. El lunes
volvió Jesús Cintora a Cuatro con un nombre inquietante que habla del programa
pero uno cree que también habla de él, Cintora,
a pie de calle. Y tanto. Cintora se echa a la calle para hacer un
periodismo un poco huero que busca el lado bufonesco de la información. El
numerito de andar por Suiza con Ekaizer,
con un maletín cebo, entrando a bancos para saber del dinero de Bárcenas fue descorazonador, además de
un fracaso porque ningún banco se los tomó en serio –eh, decía Jesús mirando a
las cámaras de seguridad, que traemos un maletín, que aquí hay pasta, un
momento patético que enlaza más con el Soy
noticia de Nacho Medina que
emitieron después que con el periodismo serio-. En fin, más que a pie de calle,
a Jesús lo veo en la calle. Ojalá me equivoque.
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