Chema Gil
(Artículo publicado el jueves, 24 de marzo, en diarios de EPI PRESS)
Los terroristas
que matan en nombre de un Alá inexistente, que avergüenzan a millones de
creyentes musulmanes, han vuelto a matar en Bruselas, y las televisiones de
nuestro país, al producirse la masacre en horario de magacines, cambiaron sobre
la marcha los sumarios para conectar con corresponsales, españoles en Bélgica,
periodistas del país atacado, políticos de primer rango, y expertos en
terrorismo. Sin mirar a la pantalla, en casa, mientras me hacía el desayuno,
escuché la voz de alguien que me resultó familiar, una voz que me llegaba del
pasado pero apenas había cambiado, porque cambia la cara, el cuerpo, incluso
tus ideas, pero no la voz. Esa voz la conozco, me dije. Presté atención
mirando, ahora sí, a la pantalla, pero no vi a quien esperaba. Pero me di
cuenta de que un rótulo presentaba a Chema
Gil Garre como experto en terrorismo, y que Chema no estaba en el plató
sino hablando para Espejo público por
teléfono.
Dijo cosas que
luego, también al teléfono, el ministro Margallo
subrayó. El terrorismo yijadista no es cosa de lobos solitarios. Pero a mí me
llamó más la atención una frase, la idea de que los terroristas con sus
atentados consiguen nuevos escenarios. Es decir, que estos criminales no sólo
se llevan por delante a puñados de inocentes sino que desde ese momento logran
una reacción en cadena que afecta a nuestras vidas, y ese es uno de sus
triunfos más valiosos porque esa reacción es justo lo que persiguen, que el
miedo sea un sujeto más en “la vida del infiel”. Escuché con atención lo que
decía Chema, como los tertulianos del programa. Para ellos “sólo” es un experto
en terrorismo. Para mí, Chema es parte de mi vida, de un tiempo de información
trepidante, un amigo muy listo.
Chema Gil en una imagen de archivo en una de sus muchas intervenciones en la tele -en este caso en La Sexta-, hablando de terrorismo jihadista. |
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