Sonrisómetro
(Artículo publicado el martes, 22 de marzo, en diarios de EPI PRESS)
Se le va la
pinza a Antonio García Ferreras con
el juguete que le dieron en La Sexta la noche del 20D, la de las últimas
elecciones. Como a los críos, lo que más ilusión le hace es un chisme
electrónico. A Ferreras le dieron una calculadora para que hiciera cuentas
políticas con el “pactómetro”. Como no hubo gobierno claro, por más que Rajoy diga que él es el enviado del
cielo, la maquina te dice qué pasa si sumas los diputados del PSOE con los de
Podemos y los de IU, los del PSOE con los de IU y Ciudadanos, o los del PP con…
Bueno, los del PP con los del PP. El pactómetro es una solemne tontería, pero
queda monísima, molona, y te hace una mayoría parlamentaria en segundos. A
Ferreras le encanta jugar con el chisme.
Y los de Polònia, el programa de humor de TV3,
han visto tajada y lo han incorporado a sus desternillantes personajes. El pactómetro
para formar gobierno se ha convertido en “errejómetro” para ver los apoyos que
tiene en Podemos Íñigo Errejón o, ya
en éxtasis, en el “zampómetro” para calcular lo que zampa al día el falso
Ferreras, que interpreta el actor Cesc
Casanovas. El gag lo vi en Al rojo
vivo, presentado ese día por Cristina
Pardo –puso en aprietos en La Sexta
Noche a Cospedal, que balbuceó
respuestas tronchantes sobre el borrado en el PP de los discos duros de Bárcenas-. El trabajo del actor roza la
excelencia. Entra en un delirio de gestos a cámara, y en un ir y venir de manos
abiertas como panojas de pescado, que por un momento no supe si era el original
o la copia. Me pasa igual con Mariloli I
de la Mancha, a la que hay que someter al “sonrisómetro” para medir la
cantidad de mentiras que esconde su sonrisa.
Cesc Casanovas como Antonio García Ferreas. Clavado. |
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