Pilar, corre,
ven
(Artículo publicado el domingo, 7 de febrero, en diarios de EPI PRESS)
Cuatro sigue su
loca carrera hacia la extravagancia y el cachondeo sin límites. Dicen sus
responsables que su programación es una apuesta clara por la vanguardia, por
todo lo que huela a atrevimiento, a moderno. Estos no se enteran. Como Mariano Rajoy, que el hombre está en su
mundo y no se entera de nada, no sabe nada, no tiene idea de nada, él vive sin
vivir ni él ni en nada. Le semana pasada le preguntaba la madre superiora de El programa de Ana Rosa, la mismísima Ana Rosa, por los discos duros borrados
del ordenador de Luis Se Fuerte Bárcenas
en la sede del PP, y el despistado presidente, con el ojo dando saltos en
cabriolas a lo Marujita Díaz dijo no
saber no sólo nada sino “absolutamente nada”. Cuando se le pregunta al hombre
que preside España pero lo ignora todo sobre la imputación de su partido a
cuenta de las cuentas del PP, responde con su gracejo habitual que “no sé si el
partido está imputado. Ha sido citada la gerente con motivo del borrado de unos
ordenadores del señor Bárcenas, que es lo que se hace en las empresas cuando el
ordenador se entrega a otra persona, pero no conozco cómo está el asunto”.
Fíjense. El presidente del país y presidente de su partido no sabe “cómo está
el asunto” de la imputación a su partido. Bueno, remata más flipado que Felipe González, es que la imputación
ya no es una figura del derecho procesal. Acabáramos. ¿Y qué piensa el presi
que nada sabe, que todo lo ignora, que nada va con él, de la distribución de
escaños en el Congreso, que ha mandado a los de Podemos allá arriba, a los
agujeros negros de la galaxia? Ah, dice, ni siquiera sé dónde los han puesto.
¿Qué sabe Rajoy? Nada. Rajoy no sabe nada. Bueno sí, sabe que Rita Barberá, la
jefa, “está completamente limpia” minutos antes de que la tormenta de la
realidad de su propio partido lo pillara disolviendo su organización por
corrupción nombrando a una gestora.
Como grandes amigos. Se van de cañas, y luego, si eso, hacemos entrevistas y tal. |
El mundo Badoo
Los de Cuatro
tampoco se enteran. O sí, pero venden burras cansadas, repetidas, vistas en
todas las ferias de ganado. Estrenaron hace unas semanas Mejor llama a Pilar, una cosa donde una experta, siempre hay
alguien capaz de hacer estas cosas, entra en la vida de una pareja para
arreglarles su relación. ¿Y quién es Pilar? ¿Quién va a ser?, pues una “coach
emocional para este nuevo coaching de Cuatro”. Ahora lo entiendo todo. Pilar Cebrián es joven, habla rápido,
se pone chupas de cuero rojo, es rubia, se deja el pelo suelto para que se vea
más, mira así, como muy preocupada, dice cosas muy profundas como “si hay amor,
hay solución”, y llega en moto a solucionar las peleas de pareja. Lo normal. Yo
tengo celos de mi pareja, le hurgo como poseído en su móvil, escucho sus
conversaciones, llamo cada media hora “a ver dónde coño estás”, mi vida es un
infierno, y no se me ocurre otra cosa que llamar a Pilar. Flipo. Vi una entrega
en la que un tal Sergio tontea con
su compañera de trabajo y Verónica,
casada con él desde hace 10 años, no aguanta más. Es, como dice la dramática
voz del narrador, “una pareja alejada por las redes sociales”. No me digan que
no es un programa moderno, de vanguardia. ¿Qué hace Pilar para unir el espejo
cada vez más roto de esos corazones –no me negarán que uno, cuando quiere, no
se pone a ras de cursilería y mamarrachada-? Se los lleva al campo, les pone
enfrente un bastidor de tela, les da una banasta de fruta podrida, como la que
podría zamparse Nacho Medina en Yo soy noticia, otro programa puntero de
Cuatro, para que la lancen al bastidor mientras se reprochan sus cositas, que
si quiero que la borres de tu móvil, que no la llames, que desaparezca ya, y
Verónica tira una manzana churretosa a la tela blanca, pues yo quiero que no me
controles mis mensajes, y Sergio tira un tomate, y así. Para troncharse. Cuánto
mal está haciendo Badoo en el mundo pareja.
Pilar, en medio. Organiza estos saraos para que las parejas en crisis se arreen sus reproches, para que vean que pueden perder mucho si no hablan entre sí. Esta coreografía es digna de recordar. |
Dos en uno
Lo
nuevo-viejísimo de Cuatro es tedioso, turbio, obsceno, penoso, una vuelta de
tuerca a Hermano mayor, y de hecho
sigue el mismo esquema –exposición del problema con los protagonistas
interpretándose a sí mismos exagerando el mal rollo, escena donde se reprochan
sus faltas, reconducción de la relación cuando interviene la “coach”, ay, que
vomito, y besos mojados por las lágrimas en la reconciliación -. Cantemos a
coro, si hay amor, hay solución. ¿Por qué desde los partidos políticos no
llaman a Pilar Cebrián, la experta emocional, la “coach” -es que me parto, de
verdad-? Entonces sí encontraríamos una utilidad nacional, pinturera, total,
histórica, a Mejor llama a Pilar.
Ella llegaría con su moto y su cazadora roja al Congreso, aparcaría al lado de
los leones, entraría como una “superwoman” con el pelo suelto, rubio con sus
mechas y su todo, e iría llamando a
Mariano y al yogurín Rivera, los
llevaría a una habitación, los dejaría solos y les pediría que se echaran en
cara lo que tengan que echarse, que si no me has hecho todo el caso que quería,
que si te he llamado y no me coges el teléfono, que si te digo corrupción te
pones tonto, entras en pánico y me das la espalda en la cama, que mira que te
conozco, que sé que ahora te llamará Pedro, el elegido, que te cautivan sus
dientes, sus hoyuelos, canalla, que a ver si tanto hacerte el estrecho y lo que
en realidad quisieras es un trío con el melenas, que dicen que Pablo es una fiera. ¿Se imaginan? Yo
sí. No sólo lo imagino. Quiero que se haga realidad. Por el bien de España, del
Ibex -¿no es lo mismo?-, por el espectáculo, por los programas de variedades,
por el amor, porque si hay amor, sabemos que hay solución. Nuestros políticos
son parejas desestructuradas que se dicen sus cosas a través de Twitter, como
las de Cuatro se matan entrando en Badoo a espaldas del otro. Y así no hay
forma. Mejor llama a Pilar es un
fiasco de programa, otro rollo macabeo al servicio del estrambote, pero Pilar
Cebrián, como Rocío Ramos Paúl hacía
con los críos indomables de Supernanny,
debería tomar las riendas. Total, por probar no se pierde nada. Podríamos
revitalizar el programa y quizá tener un Gobierno.
En Los Goya. ¿Aquí hay tomate? Pilar, ven, corre, es cosa de estado. |
La guinda
#0
Tiene de vida lo
que llevamos de semana. Es #0, el canal de Movistar. Cuando veo sus
cortinillas, sus promociones, la gente que ya tiene o va a tener programa,
desde Andréu Buenafuente a Raquel Sánchez Silva, de Joaquín Reyes a Eva Hache, me recuerda mucho los principios de Cuatro, tan moderna,
con aquella imagen de marca tan definida y distinta a las demás. Y en lo que ha
quedado…
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