martes, 12 de febrero de 2013

Maldeojos. El puto amo. Martes, 12 de febrero de 2013



El puto amo

En realidad no es el amo, es el puto amo. Cuatro estrenó el domingo la primera entrega de Palabra de gitano. Por cierto, los gitanos tendrán palabra. Cuatro no. A las nueve y media de la noche estaba anunciada la cosa. Lo hizo casi quince minutos después. A lo largo del reportaje algo me quedó claro. Si fuera mujer no querría ser gitana. También quedó claro que los gitanos centran su supervivencia en el coño de las mujeres. Ahí está todo, al menos eso es lo que entendí viendo el reportaje cada vez con más asombro, repugnancia y rabia. Bien hilvanado, con bonitas imágenes, los reporteros siguieron los preparativos de la boda de Inés, conocida entre su gente como La Vaca. Inés tiene 21 años, vive en Huesca, y lo tiene claro. Ella llegará intacta al matrimonio. Estupendo. Bueno, si no fuera porque tiene que demostrarlo ante su comunidad, expectante.

La ceremonia del pañuelo es un acto de machismo salvaje, y doloroso. Sí, mucho dolor, decía la novia a la que Paquita, la Ajuntadora, le metió con el dedo el pañuelo blanco por el chichi para sacarlo manchado testificando que la flor de la hembra nadie la cató antes. Bárbaro. ¿Se somete a los hombres a algo parecido? Sabemos que no, qué cosas. La propia Inés, La Vaca, tiene la respuesta. El hombre no tiene que demostrar nada porque es libre. Literal. En esta línea de pensamiento, Josan, el novio, de 22 años, dijo que antes del compromiso picoteó con algunas payas, pero qué puñetas, las tías “tenían demasiada libertad y a la Inés no tengo que decirle nada porque ella sabe lo que hay que hacer”, o sea, lo que su santa picha diga. La abuela de la novia va a veces al cementerio a la tumba de su marido, al que sigue llamando “amo”. El puto amo. ¿Está claro?

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