lunes, 25 de febrero de 2013

Maldeojos. Burbuja informativa. Domingo, 24 de febrero de 2013



Burbuja informativa


      La cosa está que arde. Los rojillos de La Sexta lo llaman Al rojo vivo. Todo el mundo sabe de qué hablamos cuando hablamos de burbuja inmobiliaria, que dio nombre a la burbuja sanitaria, a la burbuja de las TDT, y ahora, más que nunca, podemos empezar a hablar de burbuja informativa. Estamos rodeados de programas de actualidad, al margen de los telediarios. No meteremos en este recorrido, por consideración a los colegas de las otras cadenas, lo que dedica Telecinco a este nuevo impulso de la información, ya que esta gente entiende la actualidad de forma muy, muy particular. Pero no, no cuela como actualidad la memez que a veces le endonan a Emma García con el nombre de Materia reservada, donde debaten las chuminadas de la ruptura –o no- de José Campos con Carmen Martínez Bordiú, la situación de la monarquía desde el punto de vista de los tacones de Letizia Ortiz, o las triquiñuelas para seguir en portada de la asesora del amor Miriam Sánchez, más conocida como Lucía Lapiedra, actriz espatarrada como estrella porno, y el repulsivo Pipi Estrada. Así que no cuela. Dejemos a Telecinco en su justo sitio otorgándole el reconocimiento de ser de las primeras que apostó por el debate político con El gran debate, aunque obligada por lavarse la legaña de La Noria, que tan mal sabor de boca le dejó. Ahora, las cadenas se dan tortas por estrenar a un ritmo endiablado espacios de contenido político. Es verdad que esta fauna hace mucho para mantener el interés día a día. Lo curioso es que La 1, la televisión pública nacional, despacha los asuntos con un desleído Los desayunos y con un sonámbulo El debate, que de tanta corrección han perdido fuelle. Cuando Pilar García Muñiz aparece en pantalla un poco antes de las doce de la noche del jueves, está todo debatido.

La Sexta, en cabeza

      Hay que reconocer que la corona de esta burbuja informativa se la lleva La Sexta. Tiene pocos programas de producción propia, pero la mayoría están dedicados al análisis, la información, el reportaje de actualidad. Al rojo vivo es uno de los debates más vibrantes y plurales. Antonio García Ferreras deja clara su postura ideológica, y mete puyas más allá de lo que hace tiempo se entendía como moderador. Es activo, toma partido, se enzarza en discusiones, abre vías de opinión, matiza, no es un moderador institucional, es más, es vehemente, peleón, gesticulador, se encara, y con su mano izquierda, como el que para a alguien, organiza silencios, da paso a conexiones, o desvela nuevos datos sobre lo tratado, eso sí, caballero, después de la guerra, despide a sus invitados con un apretón de manos. Lo que me llama la atención es la excesiva presencia de Eduardo Inda –El Mundo- que está en todas las salsas de la cadena. Por la noche llega El Gran Wyoming y su particular informativo gracias al cual, aunque “ya conocen las noticias, ahora les contaremos la verdad”. Y lo consiguen. Desde el humor se entera uno de muchas cosas, entiende muchas otras, ve matices donde sólo había follón y lío. Desde el humor se desenmascaran datos, mentiras, y en sus años de existencia ha conseguido un lenguaje propio con el que la audiencia fiel se identifica. La Sexta Noche, con el eléctrico Íñigo López, irrumpió los sábados para competir con su gemelo en Telecinco. Y también va asentándose en un clima de avaros consumidores de noticias explicadas desde distintas ópticas. Más vale tarde amplía su radio, y aunque dice estar “dirigido a aquellos que demandan información y análisis plural en tiempos de convulsión social”, y lo presenta Mamen Mendizábal, de informativos, tiene un papel destacado Manuel Marlasca, experto en sucesos y ahora jefe de investigación de La Sexta. Es decir, lo mismo hablan de la peineta de Bárcenas que de la lluvia de meteoritos. La Sexta columna, Equipo de investigación, y Salvados –cinco años ya siendo un referente- completan la nómina de programas de actualidad desde el reportaje y la investigación.

Obregón 0, Bárcenas 10

      Antena 3 deja huecos para el análisis de la actualidad económica y política en Espejo público, igual que hace Ana Rosa Quintana en su magacín. Son mesas tertulianas de pega, una presencia que tiene que ver más con “para que no se diga” que con la apuesta decidida por acercarse a una actualidad que no sea la social en su faceta más sórdida. La cadena de Planeta anuncia nuevo programa nocturno semanal centrado en “el debate, la actualidad, y la investigación”. Es lo más in, la moda, la crema de este café para todos, pura burbuja informativa que se debe, cómo no, a una demanda de la audiencia. Con que en este nuevo espacio no esté Albert Castillón casi sería suficiente. Con que no se debatieran e investigaran los casos Marta del Castillo habidos y por haber se agradecería. Hay que reconocer que El gato al agua dio en la tecla hace casi 7 años. Le fue bien a Intereconomía con ese debate y con su presentador, Antonio Jiménez, que supo llegar a una audiencia de derechas que necesitaba pura dinamita, confirmación de sus ideas, sentirse protegida y que alguien dijera las cosas como allí se decían, y dicen, sin equidistancias, sin miramientos, sin pretensión de objetividad, retorciendo hasta la manipulación más burda y grosera todo lo que no encajara en su canon. Desarmado y en retirada este ejército, la banda abandonó el barco y se pasó a 13tv, cuyos curas han acogido a esta camada de gatos como lo que tiene que ser, un regalo del Espíritu Santo. En la burbuja informativa juegan diversos factores. Es barata, existe una demanda de mercado, y hay productos que se venden solos. Desinflada la burbuja rosa, su lugar lo ocupa la burbuja informativa. Lo que le pase a Ana Obregón es una antigualla. Ahora importa lo que le pase a chorizos y corruptos, a los gobernantes y allegados. Ahora las estrellas son Luis Bárcenas, Jesús Sepúlveda, Ana Mato, los Pujol, el espionaje, el Rey y su trapisonda familia, los cuentos de Rajoy, el miedo pavoroso del PP… 

La guinda                                                                                                 

Premio rebotado

Ha hecho lo que tenía que hacer. Julio Somoano, director de informativos de La 1, al que ahora el mismo PP que lo puso no sabe qué hacer con él porque las cosas no están saliendo como esperaban, fue a recoger el Premio Nacional de TV que Cultura le dio a su antecesor, Fran Llorente. ¿Qué dijo Wert? Que se lo daban a los informativos de TVE por su independencia. Perfecto. ¿Qué ocultó Wert? Que era de la etapa anterior.

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