Panto-mima
(Artículo publicado el jueves, 2 de febrero, en diarios de EPI PRESS)
El paso de Isabel Pantoja por El hormiguero no sólo ha dejado al programa de Antena 3 con récord,
cerca de 5 millones de espectadores, sino que ahora, pasados los días, es
cuando empieza a analizarse como se analiza una fórmula secreta. La misma noche
de la emisión, en las redes sociales, empezó el castillo a desmoronarse con los
ataques al programa, a la tonadillera que se llevó dinero público a su saca, y
por eso pasó por la cárcel –palabra innombrable durante el publirreportaje- y a
Pablo Motos, por el
servicio de limpieza anal que brindó a la Panto-mima. Sin embargo, un
paréntesis antes de seguir. El hormiguero
ha sido fiel a su espíritu. Allí va la gente a divertirse, la justicia ya
habló, y la delincuente pagó por ello. Así que, ande yo caliente y…, dirán los
del equipo. Éxito absoluto para programa y cadena –líder del mes-.
En Espejo público, como es lógico, llevan
algunos días sacando pringue al pozo al que tanta gana había de meterle mano.
¿Quién le regaló el perrito que hace llorar, o lo que quiera que sea el gesto
de esta mujer estirada que ha borrado de su faz la expresión natural –dicen que
la inflan en una clínica de no sé qué pueblo gaditano-? Pues otro que ya no se
nombra, Jorge Javier Vázquez, cuando
colaboraba con Ana Rosa en Sabor a ti, en la propia Antena 3. El
perro se llama Sisi. Nunca hasta el lunes había visto a Francisco Rivera, hermano del disco de oro Paquirrín –en serio, este país está hecho mierda-, y torero, como colaborador
de Espejo público. Soltó una de las
ironías de la mañana que quizá resuma la locura y el desmadre. Oye, preguntó,
¿será posible tener declaraciones de la perrita, de Sisi? Insisto. Esto se nos va
de las manos.
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