Demetrio y el
aquelarre
(Artículo publicado el domingo, 3 de enero, en diarios de EPI PRESS)
El lector, la lectora
más puesta en demonios y alimañas seguro que conoce a Demetrio Fernández. El resto no. Me uno a la masa. Tampoco sé quién
es. Y hasta ahora vivía feliz, sin saberlo. Tal vez, en los concursos del
futuro, salga su nombre como sinónimo de mala pécora, de bruja, de alma sucia.
Tal vez, si se dan prisa, pueden poner alguna pregunta sobre Demetrio en ¿Y tú qué sabes?, que estrenó La Sexta
el domingo pasado y presenta Óscar Terol.
Es un concurso rancio de cultura general del que han grabado sólo tres
entregas, y se emite sustituyendo a Salvados
hasta que el consumo amaine. Terol es uno de los guionistas de Allí abajo, una de las series de éxito
de Antena 3. Tres famosos –en el estreno, Santiago
Segura, qué pesadilla- y 200 estudiantes compiten. Y ahí podría entrar la
figura de Demetrio. Por 1000 euros, que levante la mano quien sepa quién es
Demetrio Fernández. Un futbolista, podría decir el estudiante de medicina.
Noooo, grita el presentador vasco llevándose las manos a la cabeza. El
peluquero de “Palmeras en la nieve”, dice uno de los famosos alardeando de
conocer hasta el último de la lista en su profesión. Oh, nooooo, dramatizaría
de nuevo Terol al tiempo que el estruendo de la fanfarria del programa haría
vibrar los altavoces de la tele. Este menda, el tal Demetrio, no es conocido
por su nombre pero sí por su cargo, que pagamos todos. El obispo de Córdoba es
el último que se incorporó en 2015 a la lista de tontos del año. Dijo hace unos
días en una carta a su rebaño, difundida en Youtube, una especie de discurso
del rey pero cambiando el dorado del palacio real por un morado podemita, muy
mariquita, todo hay que decirlo, que la familia auténtica es la que él
defiende, una familia loquísima compuesta por padre, hijo y espíritu, que por
muy santo que sea no deja de ser espíritu, por dios, Demetrio, que se te va la
pinza. Búsquenlo y disfruten de su tono de melosa arenga, de su ritmo y dicción,
de su manera lenta de mover las manos como un padre dulce en las formas pero
terrible, amenazador e iracundo en el fondo.
Este es Demetrio, obispo de Córdoba. Ni los sayos, ni su aparente sonrisa humana, ni el saludo al populacho, enmascaran el olor a azufre que gastan los demonios. |
Rappel y el tanga
Pero les
aconsejo que no tengan nada punzante al lado, nada que pueda dañar su tele, su
ordenador, su teléfono caro. El que avisa no es traidor, muy traidor, y mucho traidor.
Dice Demetrio, obispo de la misma iglesia que el papa Francisco, el que decía que no era nadie para juzgar a nadie por
sus gustos amorosos y sexuales, que para traer hijos al mundo el abrazo amoroso
entre hombre y mujer no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio,
fruto de un aquelarre químico. Deme, tío, campeón, eres más malo y tienes más
veneno que Kiko Hernández imitando a
Rosa Benito que, junto a la
estrella del mercadillo del jueves Raquel Boyo, se confirma para Gran Hermano VIP. Aún no han
desinfectado la casa de Guadalix y Telecinco ya anuncia la apertura de la
zahúrda, que también contará con Rappel
–cada vez que lo nombro no puedo quitarme de la cabeza la imagen atroz de verlo
en carne mortal, puro aquelarre contra el deseo, en una playa de Málaga donde
todos íbamos en bolas y él con un tanga que ni el espíritu de la familia del Demetrio sería capaz de
ponerse, que serán espíritus pero tienen su pudor-Yo creo que el obispo de
Córdoba dijo lo que dijo sin pensar lo que dijo. Yo creo que un hombre con un
crucifijo colgado al cuello, pero crucifijo ostentoso, tipo badajo, tipo
macarra maquinero, que profesa el cristianismo, todo amor, no puede ser tan
malo, no puede ser tan mala gente, no puede decirle al hijo del matrimonio tal
o cual que su hijo es fruto de un aquelarre químico. Dice Demetrio que hay
muchos que piensan en el derecho a tener un hijo como si un hijo fuera un
objeto. ¿En serio? ¿La gente busca un hijo por fecundación in vitro por
capricho, como se busca un collar para el perro o el mismo perro, como si fuera
un consolador, un rosario, o un piso? Con el despiporre de la programación
navideña las palabras del obispo saltaron a algún informativo, quizá recogidas
por algún programa, pero entre los especiales, el lío postelectoral, y los
nenes en casa, el escupitajo de este jerarca católico se diluyó. Pero hay cosas
que no pueden quedar impunes.
Es un detalle del cartel de la manifestación por la muerte de Alan, un chaval que consiguió tener un carné de identidad que recogía su verdadera identidad de género. Pero no pudo aguantar la presión y se quitó la vida. Esto sí que es un aquelarre social, una vergüenza. Y los Demetrios patrios con sus soflamas incendiarias que reparten odio al diferente deberían de lavarse la boca y apagar sus cerebros enfermos. Imagen de Chrisallys. |
Chrisallys y Alan
Si para este
alto funcionario del negocio de la fe el hijo nacido por fecundación in vitro
es un “producto”, “un aquelarre”, ¿qué pensará del niño que nace atrapado en un
cuerpo de niña, se opera para conseguir ser lo que siente que es, las leyes lo
reconocen con su auténtica identidad, y adquiere su DNI que lo avala? ¿Cabezas
y corazones como el de Demetrio le harían la vida imposible? Hace apenas unos
días la familia de Alan, uno de los
primeros transexuales que logró ese aval ciudadano que lo confirmaba como niño
y no como la niña en la que nació, a través de la asociación Chrisallys, grupo
de familias de menores transexuales, dijo que Alan se quitó la vida “porque no
pudo con la presión de la sociedad”, incluyendo el ámbito escolar. Esto sí que
es un aquelarre insoportable, Demetrio. Tampoco puede quedar en el olvido, por
mucho cava barato, confeti postizo, uvas y campanadas, y galas ajadas enlatadas
de Fin de Año que nos abran, la acción anti sistema, el aquelarre repugnante de
ver a más de 200 personas sin hogar, pobres de solemnidad, comiendo en el
ayuntamiento de Madrid gracias al padre Ángel,
el cura loco de Mensajeros de la Paz que se dedica a esa chuminada de los
necesitados en vez de clamar contra el pecado y la disolución de la moral
católica y a Manuela Carmena. La
peligrosa alcaldesa está rebajando la deuda municipal, atiende a los sin techo,
y los trata con dignidad, por dios, qué asco, Ana, no mires, olvídate, le dice Aznar a Botella sin perder la cuenta de sus quince mil flexiones de
la mañana, que esta gente es capaz de todo con tal de humillar a los verdaderos
patriotas. Y quita esa cadena, que ahí sólo cuentan historias que a nadie
interesan. De confianza, o La 1, o 13 tv, la de Demetrio.
Manuela Carmena no tiene límites. La tía no sólo reduce la deuda municipal que dejaron los gobiernos del PP sino que deja el Ayuntamiento para dar una cena a 200 personas, que no son VIP ni nada. Esto es un sindiós, coño. |
La guinda
TVE modernísima
Es emocionante
terminar el año con TVE. La más moderna, la más vanguardista, la tele pública
que el ciudadano necesita. Por eso La 1 echa mano de Ramón García, el tío de la capa, Anne Igartiburu, y ambos, junto a telepasiones y mucho Raphael, Bertín, que salió de su casa para quedarse –como humorista,
anunciante, cantante, presentador, lo que le echen- en la nuestra. Viva TVE. Si
es que hay que quererla. Muá, y muá.
Sencillamente ! genial!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, lector desconocido
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