Los negritos
(Artículo publicado el sábado, 9 de enero, en diarios de EPI PRESS)
Esta semana, a
raíz del reportaje que firmó para Espejo
público Álex Rodríguez sobre la
actividad de los manteros, uno de los colaboradores del programa, que estos
días dio vacaciones a Susana Grisso,
se refirió a esos jóvenes que venden baratijas, vídeos, y artículos de
imitación a bajo coste como “los negritos”. Estoy convencido de que esa forma
de hablar se dice con el culo apretado, con temor, con sano racismo, como el
que sabe manejar situaciones difíciles con soluciones impecables, porque llamar
negro a una persona negra es inaceptable, pero negrito, amigo, negrito es otra
cosa, que para eso son negritos. También ocurrió que el día 6, el día de la
Epifanía para los católicos, es decir, el día de manifestación, el día en que,
para muchas culturas, el profeta, chamán, o brujo, se revela, se aparece.
TVE, que atiende
con sobredosis las creencias católicas, emitió desde una iglesia de Madrid una
misa con una producción destacable. Antes de la emisión del evento el presentador
habló con un misionero porque el día se unió a la labor que hace el Instituto
Español de Misiones Extranjeras, que lo hay. ¿Y cómo fue la misa? Nada menos
que con un coro. De negritos. Remanan de Congo, migrantes, decía la voz en off
por sobre la liturgia. Preciosos. Con sus ropas folclóricas tan exóticas, con
sus voces africanas y su sentido del ritmo, quedaban monísimos realzando con
sus salmodias la ceremonia. Los fieles que seguían la misa estaban tranquilos.
Eran negritos, pero por dios, nada que ver con los desarrapados que saltan la
valla de Ceuta o Melilla o llegan en patera para comernos vivos. Negritos, sí,
pero casi como nosotros, normales.
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