Monos y pornografía
(Artículo publicado el domingo, 14 de diciembre, en diarios de EPI PRESS)
Que sí, que se
la cascan todo el rato, como monos. ¿Pero sabía que la cosa alcanzaba cotas
poco imaginadas? ¿Sabía que a los monos les gusta tanto el porno que son
capaces de pagar por él? Ya, ya sé que se le está poniendo cara de Marc, el aspirante a Top Chef si no le salen las cuentas, un
malafollá decimos por Granada. Este Marc siempre parece enfado, enfadado porque
ha ganado el otro, o porque habiendo ganado el cuchillo verde no ha pisoteado
del todo al adversario. Lo contrario a lo que le pasa a Marc Márquez, el doble campeón del mundo de Moto GP, al que le
llamas hijo puta y el tío te responde con una sonrisa que te desuella tu mala
leche. El día que Pablo Motos invitó
a los dos Márquez a El hormiguero, El hormiguero dio un pistoletazo de
audiencia que nubló por un día el imparable ascenso de El intermedio, programa con el que vamos sabiendo que cuanto peor
le va al Gobierno y más espantado se queda Mariano
Rajoy con la realidad no oficial, mejor le va a El Gran Wyoming. La risa de los hermanos Márquez es de las que te
alegra la vida. ¿De qué se ríe Marc, y con tanta fuerza? Estos días lo hemos
sabido. Es otro de los españoles a ultranza que con una mano se lían la bandera
a su enjuto cuerpo y con la otra se van a Andorra para pagar menos impuestos.
Como tantos. ¿Pornografía patriótica? ¿Se masturban los deportistas, políticos,
artistas, diciendo una cosa y haciendo
la contraria? Volvamos a los monos de verdad, a esos que son capaces de todo
por ver porno. Me entero de este dato en Órbita
Laika, que estrenó La 2 el pasado domingo presentado por Ángel Martín, el de Sé lo que hicisteis y del que, en
televisión, no sabíamos nada desde entonces.
Ajá. Ahora vamos sabiendo de qué se ríen tanto estos colegas. Sí, sí, simpatiquísimos, buena gente. Y sobre todo, grandes patriotas, como el resto que se llena la boca con la palabra España y la bolsa con los millones para llevárselos a paraisitos fiscales. |
Eres perfecto, Ángel
El programa es
de divulgación científica, y aunque parece de cachondeo, es serio, y es
riguroso, aunque su presentador, el tal Martín, no tiene ni idea, y lo que sabe
de ciencia “lo aprendí en La 2, la mejor cadena de televisión”, momento en que
alguien del equipo le pasa un billete de 50 euros. Entre chistecillos y
ocurrencias, recuérdese que Ángel Martín va de torillo descreído del humor y
siempre ha de tener un comentario gracioso a mano, van pasando colaboradores,
gente que investiga, gente que, como José
Cervera, biólogo, se encierra con monos para estudiarlos. Podía haberse
enjaulado con mandriles de Adán y Eva
para llegar a los mismos resultados, pero prefirió hacerlo con monitos como los
que salen en La 2. Y el hombre ha averiguado que los monos flipan viendo porno,
y que están dispuestos a pagar, no con tarjetas opacas sino con zumo de cereza,
que les pirra, por seguir viendo imágenes de dos tipos, a) caras de monos alfa,
es decir, líderes de la manada mandril, pero que nadie piense en el macho alfo Aznar, y b) fotos de culos pelados de
mona, seguro que para pajearse como micos. Es la parte anecdótica. José Cervera
habló luego de la aplicación práctica. Con neurofármacos, dijo, dentro de poco
se podrá activar la zona placentera del cerebro, es decir, el cerebro generará
placer de forma directa. Sí, sí, mucho jaja y yo me apunto el primero, pero se
me ocurre una pregunta. ¿Quién controlará esas pastillas, se darán gratis sí o
sí para que, aunque te machaquen, veas el mundo sin mácula? Por cierto, muy
molón el matemático murciano Santiago
García, conocido como Aitor Menta, que se tira unos monólogos y unas coplas
sobre números y científicos que alucinas. Ah, no intentes disimular el habla de
tu tierra, pijo, que es peor. Entre veras y bromas, Órbita Laika es un buen programa, ingenioso, sencillo, curioso, que
se deja ver. Eso sí, que no insista tanto Martín en su ignorancia científica.
El director del espacio, José Antonio
Pérez, al saber que Ángel era un tarugo en estas lides exclamó, es lo que
andamos buscando, eres perfecto.
El murciano matemático Santiago García, conocido en el espectáculo como Aitor Menta, en un momento de su actuación en Órbita Laika, el programa de la noche del domingo en La 2 presentado por Ángel Martín. |
Puticlub ideológico
Pero aquí hemos
venido a hablar de pornografía. Así que irrumpe como una mula Mediaset con
derecho propio. Desde sus inicios, incluso antes de ser Mediaset, cuando
Telecinco sacaba sin aparente excusa a las chicas en taparrabos, con vestiditos
cortos, pompones en el culo, y sus tetas como reclamo de Humor
5 estrellas, que presentaban Juanito
Navarro y Quique Camoiras.
Fuerte, ¿no? De eso hace más de 20 años, pero las Mamachicho jamás, hagan lo
que hagan, han dejado de mover el culo en Telecinco. Avellanas para los micos,
paja –perdón- para las bestias, forraje para los cerdos. En 1992 las noches del
sábado en esa cadena esplendían de humor al peso, con chistes del tipo “Vivan
los Poya-tos” y guiones gritados por los dos paletos. De aquel humor denso,
siempre machista, de sexualidad y deseo acomplejados, se ha pasado a unas
noches del sábado donde el humor lo pone Francisco
Nicolás o los políticos, tan pornográficos. Las cadenas se rifan a Pablo Iglesias. Aunque también Madam Cospedal –La Sexta Noche- tiene su morbo. Aún así, no hay color. Mediaset es
la campeona del porno. Aunque se lo pone muy difícil el PP, la verdad. Como
sabemos, el Gobierno y el PP están tan, tan por ser los campeones de la lucha
contra la corrupción que, tal vez, ya están moviendo hilos para quitar de en
medio al juez Pablo Ruz, antisistema
redomado que husmea como un enfermo sexuarrr en las cloacas del Gürtel, y eso
es malísimo para Ess-paña, coño, váyase de una puta vez y dedíquese a ver
vídeos de monas con el culo al aire. ¿Hay periodismo pornográfico, pregunta de
golpe mi lado menos Mamachicho? Lo hay. ¿O no es porno duro el que practica Sergio Martín –La Noche en 24 horas- cuando le pregunta a Pablo Iglesias si está
de enhorabuena por la excarcelación de etarras? La madre que lo parió. Estos
monos no paran. La pornografía periodística le coge los huevos a la infamia en
ese puticlub ideológico en que la dirección de TVE, como los mandriles del
experimento, se pajean viendo la cara y preservando el culo del líder. Algún
día, en un programa del futuro como Órbita
Laika, se demostrará, con la ciencia en la mano, que el Gobierno estaba
detrás de tanto porno periodístico y político.
Sergio Martín, director de La Noche en 24 horas, demostró una indecencia periodística inaceptable. ¿Por preguntar con vehemencia? En absoluto. Por opinar con descaro ideológico ante un determinado invitado, la bestia negra, pero bajarse el pantalón y la vergüenza, hasta el bochorno, con otros políticos del partido en el Gobierno. |
La guinda
Comido vivo
Paul
Rosolie, uno de esos absurdos
tipos que se inventan retos para honrar al dios tele, preparó para Discovery
Max el no va más. Se enfundó en un traje especial, untó el traje con sangre de
cerdo, y se puso frente a una boa para ser tragado. La boa actuó. Abrió sus
elásticas mandíbulas y comenzó a zamparse al imbécil. A los pocos minutos tuvo
que pedir auxilio. Un fracaso. Los de Sálvame
son más listos. Se despellejan de broma
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