Reinas en huelga
(Artículo publicado el sábado, 10 de marzo, en diarios del grupo EPI PRESS)
No entiendo por
qué hacéis huelga, le dice un hombre a una mujer. Por eso la hacemos, responde
ella. En ese dibujo que rebotó en las redes sociales el día 8 están resumidas
si no las razones de la huelga de mujeres sí una posible explicación de la
misma. Nunca, que yo recuerde, se ha celebrado un 8 de marzo, Día Internacional
de la Mujer, con los programas y magacines líderes de audiencia como ha
ocurrido este año. O sea, sin ellas, sin las caras que los presentan –me temo
que es mero gesto y hoy todo sigue igual-. De verdad que me llevé una grata
sorpresa cuando en La mañana no sólo
no estaba al frente del programa de TVE María
Casado sino que se emitía a esa hora una reposición de Españoles por el mundo. Es más, en la parte superior derecha de la
pantalla una mosca recordaba “RTVE con la igualdad” –vale, se admite pulpo como
animal de compañía-.
Seguí haciendo
un chequeo y tampoco Susanna Griso
estaba en su puesto, presentando Espejo
público su compañero Albert Castillón,
que dedicó buena parte del sumario del magacín a explicar las razones y la
necesidad de la huelga –distinto salario para trabajo idéntico, escasez de
mujeres en puestos de responsabilidad en la judicatura, economía, política,
periodismo, universidad, violencia machista, machismo sociológico-. Ana
Rosa Quintana y su equipo en
Telecinco fueron aún más radicales. Se canceló el programa. Lo dijo Ana Rosa en
un mensaje de Twitter. Si las mujeres paramos, que se note. Y se notó. La
cadena echó mano de reposiciones de La
voz kids. Por la tarde tampoco acudió Mamen
Mendizábal a Más vale tarde, ni Sandra Sabatés a El intermedio. ¿Tonterías, gestos, cosa de feminazis? Vuelva al
principio y léalo de nuevo.
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