Carmen y Sandra
(Artículo publicado el jueves, 8 de marzo, en diarios del grupo EPI PRESS)
Veo en una
sección que no conocía de El intermedio a
dos mujeres, una frente a la otra, en un plató desprovisto de adornos ni exceso
de luces. La intención es clara. Se prima el contenido de la charla sobre
cualquier otro. No es Chester, para
entendernos. La sección se llama Mujer tenía que ser, y la defiende Sandra Sabatés, que la otra noche
invitó a la grandísima Carmen Sarmiento,
uno de esos nombres que ha ido esculpiendo con letras gordas nuestro
periodismo, en su caso con un legado forjado en TVE, una tele que fue
referencia de credibilidad, con productos como Los marginados que hoy, con una RTVE en manos de esforzados
esbirros que trabajan para el Gobierno y el Partido Popular en el poder, sería
impensado. Sólo hay que ver el meticuloso desmantelamiento de Informe Semanal, que fue referencia de
periodismo de calidad, el único posible.
Escuchar a
Carmen Sarmiento, hoy retirada, viendo desde cierta distancia el momento que
vivimos pero sin perder su capacidad crítica y combativa que la distinguió, es
uno de esos placeres que a veces nos regala la televisión bien hecha. Contó que
le costó un ovario y parte del otro convencer a los señores de los que dependía
para que alguien como ella, es decir, “una mujer”, fuera enviada a zonas en
guerra –Nicaragua, Salvador, Etiopía, Líbano-, cuando ese cometido era “cosa de
hombres”. La austera sección de El
intermedio da voz a mujeres con mucho que decir –sí a la huelga de hoy,
decía Carmen, porque sigue habiendo una violencia machista brutal, y por eso
queremos la mitad de cielo y de la tierra-, y también deja claro, muy claro,
que Sandra Sabatés es algo más que un bello busto parlante. Enhorabuena,
Sandra, mujer tenías que ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario