12 días
(Artículo publicado el martes, 13 de marzo, en diarios del grupo EPI PRESS)
Les voy a contar
una intimidad que tiene que ver con ese tipo de intuiciones que deseas que
pasen de largo, y los hechos te quiten ese pálpito. Pero es así, sentía que Gabriel, el niño desaparecido en Las
Hortichuelas, Almería, había muerto casi el primer día. Por eso cuando el
domingo, a mediodía, vi que después de la cortinilla del informativo de Cuatro
aparecía la foto de Gabriel Cruz y
la voz de Roberto Arce decía,
“noticia de última hora, desgraciada noticia”, lo tenía claro. Y a pesar de
todo, como supongo le ocurrió a miles de personas, me quedé helado. Fue tan
fuerte el impacto que más por espantar la certeza que por confirmarla, corrí a
La Sexta y sí, Cristina Villanueva,
con rostro afectado, ya estaba conectando con su reportera, que contaba que se
había detenido a la pareja de Ángel,
el papá del niño.
Desde ese
instante la tele se volvió loca. Más. Todas las cadenas iniciaron una carrera a
ver quién se ponía en cabeza, incluso cambiaron su programación. El Viva la vida de Toñi Moreno en Telecinco adelantó su horario –más de tres millones
de audiencia-, y Expediente Marlasca
en La Sexta batió récord –jamás había visto en los 30 años de profesión, decía Manuel Marlasca, un hermetismo tan
cerrado en la investigación-. Lo de ayer se veía venir. Los magacines de la
mañana tenían un sumario idéntico y si te ibas de una cadena a otra podías
seguir el análisis del gesto de Ana
Julia y su inhumana frialdad besando al padre de Gabriel en La 1 o en
Antena 3. Los medios, sobretodo la tele, han conseguido que la conmoción sea
general con un desenlace tan dramático. A partir de ya la guerra está en ver
quién lleva a los padres en exclusiva al plató.
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