Gabriel y la rabia
(Artículo publicado el jueves, 15 de marzo, en diarios del grupo EPI PRESS)
El lunes -día 12-,
en directo desde el Congreso para Espejo
público, la portavoz del PSOE, Margarita
Robles, y del PP, Rafael Hernando,
hablaron con Susanna Griso sobre el
debate de hoy sobre la eliminación de la prisión permanente revisable. Fue el
día en que se halló el cadáver del niño Gabriel
Cruz en el coche de Ana Julia
Quezada, pareja del padre, con razonables evidencias de ser quien le quitó
la vida –hablamos del lunes-. A Rafael Hernando, que se caracteriza por un
cinismo supremo y por considerar al votante medio gilipollas, se le preguntó
por sus sentimientos, y por cómo estaba viviendo la pérdida de una criatura que
al final se ha convertido en cosa de todos.
Con su desparpajo habitual, además de recordar que es diputado por
Almería, “y tengo la obligación de estar con la familia”, habló de Ana Julia
como asesina.
A uno le
salen sapos por la boca al pensar en esta mujer, incluso entiende que Patricia Ramírez, la madre de Gabriel,
o Ángel Cruz, el padre, echen pestes,
pidan la horca, que quemen a ese monstruo en la plaza del pueblo. Pero hete
aquí que Patricia, dulce, serena, agradecida, sensata, una mujer que provoca
sentimientos de bondad inmediata, pide “que no se extienda la rabia, que no se
hable de esta mujer más, y que queden las buenas personas”. Toda una lección
para quienes ante las cámaras, en las redes sociales y en las calles, exhiben
una furia y un dolor que supera al de los padres. El “asesina” de Hernando –antes
de que confesara su crimen, e incluso habiéndolo hecho- va por ahí. Griso le
dijo que hasta que el juez no dictamine, Ana Julia es presunta. Las formas de
la legalidad no se deben perder. En política, menos. Toda una lección.
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