lunes, 5 de marzo de 2018

Maldeojos. Fariña



Fariña
(Artículo publicado el sábado, 3 de marzo, en diarios del grupo EPI PRESS)

     Menudo bofetón ha dado Antena 3 con Fariña, serie cuyo primer capítulo, y aún sin el montaje definitivo, escaló la noche del miércoles a los hogares españoles como una red de camellos bien organizada manejada con zapato de hierro por el narco, de tan sonoro nombre, Sito Miñanco, que en la ficción de la productora Bambú interpreta un adictivo Javier Rey. Fariña demuestra algunas cositas. Demuestra que el primer capítulo te deja con ganas de más, de seguir la historia de una época de España poco tratada en nuestra ficción, y mira que hay donde escoger. Demuestra que Bambú, además de historias de amor pensadas para un público más bien femenino, firma productos de una calidad y de un interés que no envidia el de productos de factura internacional. ¿Habrá que comparar Fariña con Narcos, la aclamada serie de Netflix sobre la historia de Pablo Escobar?

     Hagámoslo. El pulso está tan igualado que sería un justo duelo de titanes. En Fariña se despliega un talento que va del trepidante guión a la ambientación, de unos actores con acento gallego en plenitud de forma a una factura con una potencia visual magnética ayudada por un montaje trepidante para ensalzar una trama sin recovecos superfluos, sin concesiones al gran público, centrándose en lo importante, en el retrato de una época en una Galicia que se convirtió en puerto de entrada de la droga sudamericana que luego se distribuía en el resto de Europa. Fariña, y cuesta escribirlo una vez más porque empieza a ser cansino, demuestra que nuestra ficción, esta forma de hacer y entender la ficción, no sólo echa por tierra los prejuicios, fruto de la ignorancia, sino que se codea en la liga de los grandes. Así que sólo queda esperar el resto de la historia.


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