Corrupción
triunfo
(Artículo publicado el domingo, 18 de febrero, en diarios de EPI PRESS)
Llama mucho la
atención la energía con la que sigue manejándose El intermedio, que no decae a pesar de llevar en La Sexta desde el
nacimiento de la cadena. Es cierto que mi relación con los programas va y viene,
y no siempre tiene la intensidad del primer amor. Algunos se cayeron casi del
todo y cuando los visitas ya no te pellizca el interés, pero otros siguen ahí,
en la cúspide, y te atraen como la primera vez. Me pasa con el de Wyoming. Tiene un equipo de categoría,
capaz de triturar la actualidad, digerirla, y regurgitarla como hacen algunos
animales con alas o con cuatro patas, pero pasándola por el tamiz del humor.
Toda una proeza. Al final te enteras mejor de lo que te rodea con estas
técnicas del humor que cuando te las dice la esfinge Ana Blanco, el dramático Pedro
Piqueras, o la gallina Pedro Carreño,
el que no deja el cuello quieto y aprieta los labios, el cachondo que convierte
en noticia en la tele pública al pueblo que lo llama el día antes a dar su pregón
de fiestas, tal como hizo este pelanas con la fiesta del azafrán en Consuegra, Toledo.
Wyoming y Sandra Sabatés te explican
las cosas tan bien que parecen recién creadas. Mira que la trama de intereses
del PP al margen de la ley es alargada y llevamos tiempo enganchados a esta
novela por entregas. Pues siempre hay otro peldaño que subir, y desde el que nos
sorprenden. Lo último, Corrupción Triunfo,
academia para políticos de El intermedio.
Os advierto, queridos “millennials”, dice Wyoming, que en esta primera gala no
estarán los Javis, pero sí los Pacos, Paco
Correa y Paco Camp. La
presentación del alumnado, donde no falta Luis
el Cabrón, es impagable. Y cómo no, las puertas de la academia de Corrupción Triunfo se abren para recibir
también al risueño Ricardo Costa,
que tiene muchas posibilidades de ganar esta edición. Y así hasta Ignacio González, otra estrella de la
corrupción, aunque una que tiene mucho talento pero falta de confianza, se dijo
en la primera gala, Esperanza Aguirre,
es posible que atraviese la puerta. Pero hay otros triunfos indiscutibles.
Meapilas
nacional
Como el triunfo
del meapilismo –no, no existe la palabra, pero se entiende sin necesidad de
diccionario-, del meapilismo y de los capillitas de algunas hermandades o
cofradías o clubes de fe o como se hagan llamar esos señores que huelen a Varón
Dandy así se bañen en agua fresca de la delicada Issey Miyake, señores de alma
engominada y silicio en el corazón que están más cerca del talibán con turbante
que de vivir su fe sin hacerse los mártires, sufriendo más que el crucificado,
que se echaría unas risas con Daniel
Serrano, el chico de Jaén de 24 años que insertó su cara, con ojos
arrobados, en la que saca de procesión, con derechos de imagen, la Hermandad
del Cristo de la Amargura, tan ofendida -¿por no pasar por taquilla y soltar la
guita por el uso del icónico rostro?- que se fue al juzgado y lo denunció. Y
hay un juez en este país que no sólo admitió el delirio por ir contra los
sentimientos religiosos sino que condenó al chaval a pagar 480 euros de multa.
Se lo contaba la otra noche a Iñaki
López en La Sexta noche –una
cuestación popular ha reunido el dinero, más de diez días recogiendo aceitunas
hubiera tenido que estar el joven para hacer frente al castigo judicial-. El
triunfo del capillismo -¿qué ha pasado con la libertad de expresión, se
pregunta Jesús Vázquez, que hace 18
años fue portada de la extinta Zero, revista de temática LGTB, con un tema
similar, y nada, nadie corrió al juzgado, y don Jesús ahí sigue, presentando La Voz en Telecinco, y tampoco lo
denuncia nadie, todo hay que decirlo-, el triunfo rampante del capillismo en
este país es atronador. Casi parecido al triunfo de la degradación laboral, del
atraco a mano armada a los principios básicos del periodismo. Lo último, en
RTVE, por si no había bastante. La dirección quiere acceder como usted a su
casa a los correos de los periodistas con la excusa de defender el sistema
informático de ataques cibernéticos. Dora la Exploradora, Peppa Pig, la
simplona Raquel Bollo, el choni Rafa Mora, y hasta la ministra Fátima Báñez idearían justificaciones
más sofisticadas.
Baile
en Murcia
Y si uno ese
triunfo al triunfo, también sin discusión, del cara dura, del atropello, de la
sinvergonzonería, del qué está pasando aquí, del por qué pasa esto aquí, del
comisario político en puestos de alta responsabilidad para proteger al partido
en el poder, pagado con nuestro dinero, del cacique de despacho, del periodismo
desde la tele pública como portavoz aquiescente del gobernante, si uno todo eso
llego a la jaula dorada desde la que maneja la barca de RTVE el presidente, José Antonio Sánchez, que ganó el
pasado año la indecencia de 200.000 euros, el mismo tipo que dijo, y no tenía
por qué temblarle la voz, que él vota al PP como muchos españoles, y que
seguirá haciéndolo. ¿Está claro? Pues hala, a correr. Julia Otero, también en charla con Iñaki López, se preguntaba por
qué en este país, los banqueros, a quienes les confiamos nuestro dinero, o los
reyes, a los que ni siquiera podernos elegir, jamás dan explicaciones aunque
tienen relevancia pública. ¿Triunfo del canguelo del poderoso frente al
populacho? ¿Desprecio? ¿Nada, mera indiferencia? En Cuerpo de élite, la nueva serie de Antena 3 de los martes, y en
tono de comedia, la poli que hace Adriana
Torrebejano es despedida cuando detiene a un político del “3% catalán”,
aunque el jefe le dice que no tiene nada que ver por haber “tocado a los de
arriba” mientras abre las puertas de su Jaguar, regalo del de arriba. Y como
esta página ha de acabar en alto, nadie mejor que Mariano Rajoy. Nunca falla. Lo suyo es el triunfo sin parangón del
trabajador incansable a favor de la banca, que siempre gana. Que dice el menda
que vayamos ahorrando para nuestra pensión, nuestra sanidad, y la educación de
nuestros hijos. Sincero como nunca se fue a Murcia a echarse unos bailes
sabiendo que la banca le hace la ola. Las galas de Corrupción Triunfo en El
intermedio tienen larga vida. Viva el vino.
La guinda
Taller
de sexo
Este viernes se
vivió en Espejo público –con Susanna Griso, Antena 3-, uno de esos
momentos de jolgorio patético y retrato radical hablando de sexo gracias al
taller que da Apoyo Positivo –Jorge
Garrido es su responsable-, que recibe una subvención de la Junta de
Andalucía. Sólo hay que escuchar al frailuno Juan Manuel de Prada para justificar estos talleres para adultos
–masturbación, prevención de enfermedades, etc-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario