Mercadona
(Artículo publicado el martes, 29 de noviembre, en diarios de EPI PRESS)
Desde el domingo
por la noche soy fan, pero que muy fan, sin ser fan de nadie ni falta que me
hace, de Patricia Cortizas. Soy tan
de ella que soy capaz de hacerme presidente del club de fans de Patricia
Cortizas. Seguro que a estas alturas se habrá preguntado quién es Patricia.
¿Una actriz, una deportista de élite, quizá una escritora de literatura
infantil de mucho éxito, una vendedora de lechugas? No va mal por ahí. Es la
directora de relaciones externas de Mercadona, así que sí, lechugas vende, y
cuantas más, mejor, y que sean de las mejores, según dijo en Salvados, que entró en el templo de Juan Roig de la mano de Jordi Évole tratando de levantar las
alfombras menos ventiladas del negocio en “Fenómeno Mercadona”. Desde la noche
del domingo soy fan de Patricia porque me quedé flipado viéndola y
escuchándola. Y de otros de la tienda, ole y ole.
Patricia lleva
el espíritu de Mercadona clavado en su cerebro como otros se clavan a fuego las
tablas de la ley. Cuando el periodista creía que tenía el vídeo adecuado con la
declaración del empleado más enrabietado con la empresa, ella, Patricia, con la
mirada vacía y la expresión serena, sin levantar la voz, monocorde y autómata,
respondía como se recita el catecismo. Inquietante, lo juro. Otra escena
memorable ocurrió entre Jordi, Agustí
Catalá, director de compras, y Toni
Martínez, relaciones públicas, al escuchar el vídeo donde los agricultores
se quejan de jugar con los precios a la baja dejando al sector, de naranjas en
este caso, fuera de juego, o sea, que no sacan ni lo gastado. Qué miradas. Hay
que reconocer la valentía de la empresa. Todos tenemos luces y sombras. Sin
necesidad, dejó que Salvados husmeara
en ellas. ¿Lo harán otras grandes del sector?
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