Bambalinas
(Artículo publicado el jueves, 22 de diciembre, en diarios de EPI PRESS)
No sé si usted
sigue The walking dead, el tebeo
convertido en serie que ahora, tras pasar por diferentes cadenas, emite FOX. Va
por la sétima temporada, y la escabechina en el bloque de los zombis que se han
adueñado del mundo y el de los
humanos que luchan por la
supervivencia contra los zombis y contra otros humanos es de proporciones
bíblicas. Aún así, al menos hasta ahora, el protagonista sigue intacto. Es
Rick, o sea, el apuesto Andrew Lincoln.
La sexta temporada dejó a los fieles con los ojos espantados porque el nuevo
villano, Negan, el actor Jeffrey Dean
Morgan, con un bate forrado de púas de alambre, tenía sometido, y
arrodillado, al grupo de Nick. La tragedia saltó en forma de golpe violento.
Pero no se supo quién moría. El primer capítulo de la nueva temporada comenzó
en ese punto exacto. Tenso, durísimo, brillante, incluso bello en su desmedida
monstruosidad, hay veces en que te resulta difícil seguir viendo la magistral
actuación del malo, un buenísimo Jeffrey Dean, despiadado, cínico, convertido
en dios sin alma.
Mueren dos de
los personajes centrales de la trama –que no desvelo por si quiere ver el
capítulo- y los efectos especiales son tan reales que la productora, para
quitar hierro al asunto, publicó fotos del maquillaje y parte del cómo se hizo.
Se agradece que la cortina del teatro se descorra y muestre un poco de la cara
oculta. Sigamos jugando. Velvet ha
terminado esta semana, y con sonado éxito para Antena 3. Los 15 minutos de
escenas en directo han sido todo un acontecimiento. Pero a mí me sigue
fascinando que enseñen la trastienda, que nos desvelen el truco después del
engaño. Los de Velvet han creado un
mundo inexistente, y lo han hecho muy bien. Por eso me encantan las bambalinas
No hay comentarios:
Publicar un comentario