Goyo ciencia
(Artículo publicado el sábado, 24 de setiembre, en diarios de EPI PRESS)
Permítanme la
licencia, el juego, la diversión. El humorista Goyo Jiménez se ha sentado en la silla
de Órbita Laika, el programa que se
toma a la ciencia tan en serio que la sirve con mucha gracia y retratándola
desde su cara más alegre y divertida, de ahí el juego de echar mano de La gaya
ciencia, el alegre saber, de Friedrich
Nietzsche, para hablar de este programita que antes presentaba Ángel Martín. Estrenó la temporada el
martes, y con nuevo decorado y plató. La primera invitada fue Eva Hache, cuya sonrisa siempre noto
tan falsa, tan del momento, tan fingida, como el rubio de bote con que ahora se
ha teñido su corto pelaje. Pero estas son manías y cosas de uno. Nada que ver
con Órbita Laika, que también contó
con un coco eminente y privilegiado, Stephen
Hawking. La nueva generación es la apostilla con que se presenta el
espacio, cuyo plató es una nave.
Me gusta que no
esté Ángel Martín. Me gusta porque el anterior presentador deja en sus
trabajos, en casi todo lo que hace, un exceso de pasotismo, como si él
estuviera aquí y el mundo, incluida la propuesta del programa, a años luz. Está
bien ser desapegados, quizá descreídos e irónicos, pero a veces, y es lo que
sentía viendo al ex de Sé lo que
hicisteis, que hacía un favor al mundo presentando Órbita Laika. Cargado de secciones, por ellas pasan científicos
dispuestos a acercar la ciencia a quienes la vemos como algo ajeno a la vida
debido a que nuestra experiencia pedagógica fue un ir a por el aprobado raso.
En realidad es fascinante, y secciones como Física de lo cotidiano –envueltos
en radiación del Big Bang, las palomas fueron decisivas a la hora de detectarla
procedente del origen del Universo-, o Explícaselo a mi abuela lo confirman.
Con Goyo, la ciencia es gaya.
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